Finalmente se estrenó ‘Aquaman y el Reino Perdido’, la última cinta que faltaba del falleciente universo extendido de DC (DCEU) que inició Zack Snyder hace diez años. Un universo con tantos cambios de rumbo, alteraciones y problemas, que al final le pasaron factura, y duele decirlo siendo un fan de DC Comics.
Con un primer acto un poco aburrido, Arthur Curry (Jason Momoa) cuenta todo lo que pasó entre la primera película y esta. Con una serie de flashbacks nos enteramos de muchas cosas: la paternidad, la crianza, el tedioso trabajo como nuevo rey de la Atlántida y los problemas políticos que este puesto conlleva. Pero la aparición de un nuevo y poderoso enemigo apoyado en la persistente amenaza de Black Manta (Yahya Abdul-Mateen II), obligan al rey de los mares a recurrir al conocimiento de su hermano Orm (Patrick Wilson), quien está recluido en prisión por los acontecimientos que vimos en la primera cinta. Una oportunidad de ver la divertida interacción de hermanos tipo ‘Thor’ y ‘Loki’, pero que no parece suficiente para una sola película. Sin duda, nos quedaremos con las ganas del desarrollo de esa relación.
La reducción de escenas de Amber Heard como Mera, luego que el escandaloso juicio con Jonhy Depp afectara su imagen, es bastante notoria. La crianza del bebé, casi exclusivamente a manos de Aquaman, parece la de un padre soltero. Y estas escenas, aunque divertidas, llegan a saturar y hacen más de relleno ante la falta de una dirección narrativa evidente, como si la cinta se apresurara por terminar, mostrando bastante sin profundizar mucho.
James Wan consigue dirigir una película con una historia más interesante y con mucha más acción que la primera cinta, pero que deja con ganas de conocer más sobre este universo submarino con bastante potencial. Nuevas criaturas, varias subtramas y muchos personajes que quedan cortos para las dos horas de duración de la misma. Lástima que sea la última.
En cuanto al apartado técnico, el CGI parece ser el principal dolor de cabeza de DC. Con las críticas que tuvo The Flash, obligan a preguntarnos ¿qué está pasando? A pesar de todo, esta secuela todavía conserva la espectacularidad de las profundidades marinas, con cierto nivel de maravilla en los paisajes oceánicos y los mundos debajo de la superficie.
El mensaje de redención y unión familiar, sumado a la interacción de los hermanos, es lo mejor de la película. La dupla Momoa/Wilson consigue entretener en una trama con más acción, momentos divertidos, pero sin ningún riesgo verdadero para ninguno de los héroes. Sin duda, la relación entre Orm y Arthur ayuda a impulsar la historia.
Por ser lo último que veremos de la fenecida DCEU, vale la pena darle una oportunidad y decirle adiós a lo que pudo ser y no fue. Los fans todavía tenemos la esperanza, pues DC tiene una gran cantidad de personajes y una rica mitología para explotar. Ahora solo queda esperar lo que piensa hacer James Gunn. Crucemos los dedos.
DATOS
- Con ‘Aquaman y el Reino Perdido’ se cierra el universo cinematográfico de DC que inició con ‘Man of Steel’ en el 2013, hace exactamente 10 años.
- Tras los fracasos en taquilla de las últimas películas del DCEU y los problemas directivos en Warner Bros. La llegada de James Gunn supone un cambio de rumbo en lo que respecta a las películas de DC Comics.
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