La siempre ha formado parte de la solución a distintas problemáticas que ocurren a nivel mundial, convirtiéndose en un importante aporte a la educación y formación de los y adolescentes. Por eso, es recomendable que estos conocimientos se adquieran desde muy pequeños y se entienda como el proceso donde ellos se plantean preguntas sobre el mundo natural, se generan hipótesis, planifican estrategias, recogen y analizan datos para dar respuesta a todas sus interrogantes.

“Si tu hijo(a) tiene las siguientes características podrías estar frente a un futuro científico: curiosidad por descubrir su entorno, busca relaciones causales a fenómenos de su ambiente, le interesan los datos científicos como el tamaño de los dinosaurios o la velocidad de los aviones, le preocupan los desafíos a los que se enfrenta la sociedad, tiene creatividad y es capaz de innovar, entre otros”, comentan los especialistas de Corefo.

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Sin embargo, no todos los niños(as) tienen interés por la ciencia. Por eso, es importante que tanto la familia como los educadores acerquen las ciencias de una forma divertida; es decir, combinando aprendizaje y juego. En ese sentido, los expertos de Corefo brindan las siguientes claves:

  • Juegos y aparatos científicos. Aprovecha una festividad como el Día del Niño o el cumpleaños de tu hijo para regalarle juegos de química, telescopios para contemplar las estrellas o microscopios para observar insectos, por ejemplo. Con estos recursos, el pequeño experimentará y descubrirá la realidad desde una visión lúdica y didáctica a la vez.
  • Experimentos. Bajo la supervisión de un adulto se puede guiar al niño con experimentos sencillos como, por ejemplo: mezclando alimentos. Así aprenderán de forma muy divertida y práctica, a través de ensayos, los conceptos acierto y error.
  • Excursiones en familia. Planifica una fecha especial para ir con toda la familia al campo o al bosque. Esta será una oportunidad magnífica para compartir tiempo y juego con tus hijos, al mismo tiempo que promueves de forma didáctica y divertida su interés por la ciencia y la naturaleza.
  • Talleres infantiles y visitas a museos. Aprovechando la iniciativa “Museos Abiertos” del Ministerio de Cultura, que permite el acceso gratuito el primer domingo de cada mes a los sitios arqueológicos, museos y lugares históricos administrados por el Estado a nivel nacional, podrás incentivar la curiosidad del menor en estos espacios. Además, teniendo en cuenta que las vacaciones, es un buen momento para inscribirlos en un taller de ciencia y que puedan interactuar y divertirse con sus compañeros.
  • Cuentos, películas infantiles y dibujos animados. Existe una infinidad de material audiovisual o escrito que enseña de forma didáctica y divertida desde la evolución del hombre y la vida en la Tierra, cómo funciona el cuerpo humano hasta incluso conceptos básicos sobre física cuántica; basados en ejemplos cercanos de la vida real, con el objetivo de hacer más comprensible una temática que en principio parece compleja.

Los expertos de Corefo señalan que promover el interés por la ciencia en los niños desde etapas muy tempranas es un elemento fundamental que estimula en ellos la creatividad, la observación, el razonamiento lógico y el pensamiento crítico, una herramienta básica que les enseñará a cuestionar, reflexionar y sacar sus propias conclusiones sobre el mundo que les rodea.

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