La popular serie de es una mordaz referencia a la vida actual en , a los participantes se les presenta una historia de violencia, traición y desesperación.

Todo esto se desarrolla en torno a una serie de juegos macabros en los que sus jugadores luchan para poder sobrevivir. A pesar de su contenido brutal, la serie ha cautivado al público en todo el mundo, convirtiéndose en la serie más vista de Netflix en al menos 90 países.

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La serie, no va muy lejos de la realidad, ya que la deuda de los hogares en Corea del Sur ha aumentado considerablemente en los últimos años hasta superar el 100% de su PIB (indicador del nivel de vida), el más alto de Asia.

El 20% de los que más ganan en el país tiene un patrimonio neto 166 veces mayor que el del 20% con menores ingresos, una disparidad que se ha incrementado en un 50% desde 2017.

A su vez, los surcoreanos enfrentan un aumento de la deuda en relación con los ingresos, y una subida reciente de las tasas de interés. Esto ha dejado en una situación aún más precaria a quienes carecen de recursos para hacer frente a eventos imprevistos, como un despido repentino o una enfermedad familiar.

El índice Gini que mide la distribución de la riqueza nacional coloca a Corea del Sur cerca de Reino Unido y en una mejor posición que Estados Unidos.

Sin embargo, el creciente desempleo juvenil, el alza de los precios de la vivienda y la pandemia mundial han revertido la modesta reducción de la desigualdad experimentada en los últimos años bajo el gobierno progresista de Moon Jae-in.

Las familias se vienen endeudando para poder pagar los costos de vivienda y educación, el cuál, es un gasto esencial para las clases medias que esperan asegurar que sus hijos accedan a la universidad que quieren.

Asimismo, en agosto, el gobierno de Corea del Sur anunció nuevas restricciones crediticias destinadas a reducir la deuda entre los más jóvenes. Los millennials y los que tienen 30 años son los que más deben en relación a sus ingresos.

A raíz de esa problemática y en intentos de frenar el endeudamiento han llevado a algunas personas a recurrir a prestamistas de mayor costo y mayor riesgo.

En relación a la serie, la cruel explotación por parte del empleador de una fábrica a un trabajador migrante que se ve obligado a entrar en el juego es representativa de las barreras a la movilidad ascendente para los del sur y sudeste de Asia. La serie se burla del cristianismo y expresa el creciente cambio en la opinión pública del rápido desarrollo de Corea del Sur durante las décadas de 1970 y 1980 y su conexión con el crecimiento de la iglesia en ese momento.

Durante tres décadas de ambiciosos planes económicos, el país se transformó en una economía de altos ingresos. Por mucho tiempo, el éxito mundial fue visto como una señal de bendición y auge. Sin embargo, la corrupción abundaba entre los políticos y las familias chaebol (enormes grupos empresariales dominados por familias) que se desempeñaban como ancianos de la iglesia mientras malversaban fondos y construían sus imperios privados.

Cabe resaltar que esto no sucede únicamente en Corea del Sur. Gente del mundo entero se puede sentir identificada con los personajes de ‘El juego del calamar’ debido a sus problemas de economía y a su humanidad.

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Wi Ha-Joon actor de El Juego del Calamar
Wi Ha-Joon habló con Perú21 sobre el éxito de la serie coreana 'El juego del calamar'. (Entrevista: Lorena Obregón | Traducción: Lucía Escudero)