¿Cúal es el planeta más caliente del Sistema Solar?

En una familia, se quiera o no, hay miembros que tienen cosas que otros no. Esto también pasa en nuestro Sistema Solar. Tenemos planetas enormes, otros pequeñitos, unos con muchas lunas, otros con pocas o ninguna. Incluso opulentos anillos alrededor.

Pero cuando uno se pone a pensar en cual tiene la superficie más caliente, muchos tienen una respuesta que si bien tiene lógica, no es correcta. Vamos, que pensaste en Mercurio, el planeta más cercano al Sol. Pues no.

De hecho, Mercurio, el pequeño planeta más cercano al Sol no solo tiene esta maldición calurosa, sino que su atmósfera es tan pequeña que ha sido bombardeada muchas veces por otros cuerpos celestes, lo cual le ha dejado muchas cicatrices.

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Mercurio es tan pequeñito que tiene el efecto conocido como “amanecer doble”, cuando el Sol sale aproximadamente dos tercios de su tamaño, se detiene, se esconde nuevamente casi exactamente por donde salió y luego vuelve a salir para continuar su recorrido por el cielo.

Pero este hermano pequeño, pese a ello, no tiene el título del planeta más caliente de nuestro Sistema Solar, el puesto se lo lleva nuestra hermana Venus.

Venus, caliente por una ¿bendición?

Venus es un planeta muy activo con un tamaño similar a la Tierra, llena de volcanes en constante actividad. Una de sus particularidades es que gira en sentido contrario al resto de planetas, además de hacerlo muy lentamente.

Es tan lenta que un día dura mucho más que un año en su superficie, es decir, gira más rápido alrededor del Sol que de de su propio eje. Esta es una de las razones por las cuales su superficie es la más caliente, pero existen más.

Si bien la vida en nuestro planeta es sostenible gracias a la atmósfera, lo que hace completamente inhabitable a Venus es justamente eso, su atmósfera. Una densa atmósfera de dióxido de carbono, que provoca un efecto invernadero brutal.

Los gases atrapan el calor, en especial sus nubes, formadas por ácido sulfúrico, y mantienen caliente la superficie rocosa de Venus. Así pues, en este planeta podemos encontrar charcos de materiales como el plomo y otros metales pesados en la superficie.

Esto también ha hecho que la visión de la superficie de Venus sea muy difícil, pues su atmósfera la cubre por completo. En la alta atmósfera las masas de gas ascendente alcanzan fácilmente los 350 km/h.

Así pues, Venus suele dar en su superficie temperaturas brutales de hasta 466.85 °C, que son mucho mayores que los 430 de Mercurio, pese a estar mucho más cerca al Sol.

Además, la presión atmosférica en la superficie alcanza el valor de 90 atmósferas (90 000 hPa), haciendo la exploración del planeta a nivel del suelo con sondas automáticas extremadamente difícil.

Sin duda, Venus es un planeta tan mountroso como maravilloso. Y es que este calientito planeta nos advierte del peligro que existe en tener una atmósfera en malas condiciones, algo que la Tierra podría tener como consecuencia del descontrol del efecto invernadero.

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