Para nadie es un secreto que la búsqueda de agua en el es una de las principales misiones de toda exploración fuera de nuestro planeta y las razones son muchas, partiendo del hecho de que encontrar agua en otras partes del espacio significa haber encontrado el componente principal para la vida, hasta ser la clave para una futura colonización humana.

Esta búsqueda nos ha llevado a reconocer varios mundos en donde las posibilidades de la existencia de agua, ya sea en estado sólido, líquido o gaseoso, son una realidad, pero debido a las distancias, estas posibilidades son todavía imposibles de confirmar.

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Sin embargo, un grupo de científicos volvieron la mirada a nuestra Luna, el único cuerpo más cercano a la Tierra y que ya hemos podido visitar en el pasado. Y mediante una sofisticada observación se pudo lo que ya se especulaba desde hace tiempo: la Luna tiene H2O en su superficie.

PERO YA SABÍAMOS QUE HABÍA AGUA EN LA LUNA ¿NO?

Se especulaba, pues las observaciones desde la Tierra habían encontrado signos de alguna forma de hidrógeno. Pero estos signos se basaban en una forma espectral concreta (a 3 µm) que se podían confundir con otros compuestos del grupo hidroxilo.

Es por eso que este descubrimiento reciente anunciado por la NASA es fabuloso, pues con las nuevas observaciones a 6 µm se pudo detectar la firma espectral del H2O y ya no confundirlo con otro componente. Fue la confirmación que se necesitaba.

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Lo genial de este descubrimiento también ha sido la forma en la que se logró, pues Casey Honniball y su equipo usaron el Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja (SOFIA por sus siglas en inglés), que no es otra cosa que el más grande y potente telescopio a bordo de un Boeing 747 modificado con un orificio, a fin de evitar hasta el 99% de la distorsión atmosférica. ¿Te imaginas un telescopio en un avión en movimiento? Bueno, es eso.

Y ESTO SIGNIFICA...

Pues, este descubrimiento ha despertado la curiosidad sobre cómo el agua puede resistir y permanecer en la superficie de la Luna, un cuerpo espacial que no cuenta con atmósfera.

Al respecto, se baraja la teoría de la ‘trampa fría’, un concepto propuesto por , que sugiere la existencia de cráteres cerca de los polos lunares en los que podría mantenerse un elemento tan volátil como el agua encapsulada en la superficie.

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Y justamente SOFIA encontró las moléculas de H2O en el cráter Clavius, uno de los cráteres más grandes visibles desde la Tierra, ubicado en el hemisferio sur de la Luna.

(Infografía: El Comercio)
(Infografía: El Comercio)

Según los datos se detectó agua en concentraciones de 100 a 412 partes por millón, aproximadamente equivalente a una botella de agua de 12 onzas, atrapada en un metro cúbico de suelo esparcido por la superficie lunar. No suena como para construir un parque acuático pero los autores sugieren que aproximadamente 40.000 km2 de la superficie de la Luna tiene la capacidad de atrapar agua.

“Teníamos indicios de que el H2O, el agua familiar que conocemos, podría estar presente en el lado iluminado por el sol de la Luna. Ahora sabemos que está ahí. Este descubrimiento desafía nuestra comprensión de la superficie lunar y plantea preguntas intrigantes sobre los recursos relevantes para la exploración del espacio profundo", mencionó Paul Hertz, director de la División de Astrofísica en la Dirección de Misiones Científicas en la Sede de la NASA en Washington.

Como ya mencioné, el agua es un recurso precioso en el espacio profundo y un ingrediente clave de la vida tal como la conocemos. Por lo que ahora queda por determinar si el agua que SOFIA encontró es fácilmente accesible para su uso como recurso.

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Además, bajo el programa Artemis de la NASA , la agencia está ansiosa por aprender todo lo que pueda sobre la presencia de agua en la Luna antes de enviar a la primera mujer y al siguiente hombre a la superficie lunar en 2024 y establecer una presencia humana sostenible allí para fines de la década. Solo queda esperar.

Ilustración de una base lunar. (Foto: RegoLight/ESA)
Ilustración de una base lunar. (Foto: RegoLight/ESA)

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