(Foto: iStock)
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Pese a su parentesco con los osos pardo y osos polares, los no son de comer carne o pescado, todo lo contrario. Estos adorables animales de blanco y negro gustan de comer , mucho bambú. Es más, en ciertas épocas del año pueden comer lo brotes de esta planta, algo más nutritivo.

En otras épocas, más duras, del año, solo les queda comer las hojas de esta planta. Sin embargo, pese a ello, siempre se mantienen llenos de proteína y grasa en sus cuerpos. ¿Cómo es esto posible?

Si te has hecho esta pregunta alguna vez, permítenos saciar tu curiosidad esta vez. No creas que has sido el único, pues esta interrogante se la hicieron por mucho tiempo algunos científicos y fue por mucho un misterio.

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Pero ello se ha resuelto, de cierto modo, luego de un estudio publicado en Cell Reports, realizado por científicos del Instituto de Zoología de la Academia China de Ciencias.

Según esta investigación, la clave está en la microbiota intestital de estos animales. La dieta de los panda se basa en bambú, eso es conocido, pero la cantidad es aproximadamente de unos 20 kilos al día para un adulto promedio, es decir, un 14% de su peso.

Aproximadamente, 100 gramos de brote de bambú, el alimento del oso panda en temporada alta, 0,30 gramos de grasa, 2,60 gramos de proteínas, 5,2 gramos de carbohidratos y 2,2 gramos de fibra.

Por lo tanto, con 20 kilos estarían ingiriendo 60 gramos de grasa, 520 gramos de proteínas, algo más de un kilo de carbohidratos y 440 gramos de fibra. Pero en realidad no es eso lo que aprovechan. Aquí entra la segunda razón por la que comen tanto: el oso panda solo aprovecha un 20% del bambú que come.

Los osos panda tienen una dieta basada en bambú. (Foto: Getty Images)
Los osos panda tienen una dieta basada en bambú. (Foto: Getty Images)

Esto puede explicarse porque, por lo visto, el panda sigue estando preparado para digerir carnes, como sus primos de otros colores. La causa por la que no lo hacen está muy estudiada. Algunos estudios apuntan a que no saborean bien la carne, otros a que es a causa de un funcionamiento anómalo de los sistemas de recompensa.

Sin embargo, los osos deben tener una capa de grasa que los mantenga calientes en épocas frías, además de protección física. Por ello necesitan comer mucho para mantener esta capa de grasa tan necesaria.

Bacterías para optmizar la alimentación

Por ello, los investigadores que realizaron este estudio, sospechando que exitía una razón microbiótica detrás de esto, sobre todo en los cambios de estación. Y es que esto se ha visto ya en otros animales, los cambios de la microbiota intestinal en distintas estaciones es cambiante respecto a la alimentación.

Incluso se han observado cambios en la microbiota de algunas tribus humanas recolectoras, por tener que adaptarse a los alimentos que predominan en cada momento del año.

Para saber si ocurría lo mismo con el oso panda, recogieron heces de estos animales en primavera-verano u otoño-invierno y realizaron un trasplante fecal a un grupo de ratones de laboratorio libres de gérmenes. Después, durante tres semanas, alimentaron a los roedores solo con bambú, destaca el medio Hipertextual.

Pasado este tiempo, los ratones que habían recibido heces de primavera-verano ganaron significativamente más peso y tuvieron una mayor proporción de grasa en sus cuerpos, en comparación con los que recibieron heces de otoño-invierno. A pesar de haber comido exactamente lo mismo.

Las bacterias intestinales son muy importantes en el proceso de absorción y aprovechamiento del bambú que consume el oso panda.
Las bacterias intestinales son muy importantes en el proceso de absorción y aprovechamiento del bambú que consume el oso panda.

Tras estudiar la composición de la flora intestinal, teniendo el conocimiento previamente revelado con los ratones, descubrieron que en la época de primavera-verano, cuando se alimentaban de brotes, era más rica en una bacteria llamada Clostridium butyricum.

Esta a su vez produce algo llamado butitrato, que sería la clave de todo este proceso. pues regula al alza la expresión de un gen del ritmo circadiano, llamado Per2, que aumenta la síntesis y el almacenamiento de lípidos.

Así, ese mayor aporte de grasas que se consigue con los brotes se almacenará para cuando lleguen las vacas flacas en otoño-invierno. Sin duda, algo que es muy sencillo para ellos, pero desentrañar el secreto fue algo muy complicado. Esto revela la gran importancia de las bacterias intestinales en el cuerpo de cada ser vivo que la posea.

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