Experto dice que es necesario secar las manos, porque el virus sobrevive en la humedad.
Experto dice que es necesario secar las manos, porque el virus sobrevive en la humedad.

La limpieza y la salubridad son cruciales para protegernos contra el . Uno de los agentes claves, y cuya eficacia es de reconocimiento unánime, es el jabón. Pero, ¿de dónde proviene este producto que hoy es tan preciado?

Si bien no se conoce un origen exacto y comprobado del jabón, aquí exponemos algunas teorías al respecto. El pueblo fenicio –que existió entre 3 mil a.C. y 2001 a.C.– solía fabricarlo con aceite de oliva y soda cáustica. Incluso, una versión similar se produce y utiliza, actualmente, en Alepo, en Siria, antiguo territorio fenicio, combinando la mezcla mencionada con aceite de laurel.

Los egipcios, por su parte, solían frotarse con una mezcla obtenida del natrón (sodio mineral extraído de lagos salados), tierra de batán (un tipo de arcilla) y altramuces (una legumbre).

Una de las leyendas más populares señala que la creación del jabón fue gracias a una casualidad. Se dice que ocurrió en la antigua Grecia, precisamente en el monte Sapo (“sapo-onis”, del latín tardío, significa jabón), donde se sacrificaban animales en hogueras. Sus restos incinerados eran arrastrados por las lluvias hasta el río. Al combinarse, se producía una sustancia jabonosa. Las personas que lavaban sus prendas en ese río observaron que el agua quitaba las manchas y los olores.

Pero fueron los romanos quienes convirtieron al jabón en un artículo de uso diario, tanto por higiene como para evitar enfermedades.

Más adelante, las teorías de Galeno, médico romano del siglo II d.C., resultaron fundamentales para entender al jabón como lo conocemos en la actualidad. Él facilitó la primera información sobre su empleo como medio curativo y para la eliminación de la suciedad del cuerpo y de los vestidos.

¿Y EN EL PERÚ?

Se tiene referencia de la producción de jabón en el Perú desde 1552, cuando se solicitó al Cabildo de Lima permiso para fabricarlo. La información disponible señala que se produjo en cuatro zonas: en el sur, en Ica y Pisco; y en el norte, en Piura y Lambayeque.

Los centros para su realización se conocían como casas-tina y estaban ubicadas en haciendas, desde las cuales se repartía el producto al resto del país.

Los implementos que se utilizaban para su producción variaban según el lugar donde se elaboraba. Se podía usar lejía, grasa de animal, sebo, leña, sal o charán (un tipo de arbusto).

El mayor o menor éxito en la comercialización del jabón dependía de su facilidad de acceso a centros textiles. Los obrajes requerían este insumo para el procesamiento de la lana o el algodón. Y otra parte de la producción de jabón era consumida en los mercados urbanos.

JABÓN VERSUS COVID-19

Ahora que conocemos un poco de su origen e historia en el país, es necesario entender cómo funciona.

Perú21 conversó con Luis Ortega, químico y docente del Departamento de Ciencias de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Él explica que el jabón tiene dos efectos y el más importante consiste en encapsular al virus y removerlo de nuestras manos junto con la suciedad que se acumula en ellas. También señala que las moléculas del producto de limpieza pueden atacar una de las membranas exteriores del virus, conocida como lipídica (parecida a la grasa) e inutilizarla.

“Esto es debido a que uno de los principales componentes del jabón son los tensioactivos, unas moléculas muy largas que asemejan a alfileres, con una cabeza a la que le gusta el agua y una cola a la que no. Esta cola puede insertarse en la membrana del virus y romperla”, detalla el químico.

Además, Luis Ortega recuerda que el COVID-19 no entra por la piel, pero sí por nuestras mucosas; es decir, a través de los ojos, la nariz o la boca, los que, a su vez, están en constante contacto con nuestras manos. Entonces, si asumimos el compromiso de lavarnos con jabón y agua corriente cada vez que sea necesario, eliminamos una posibilidad de contagio importante.

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