“Sabemos que la longevidad, aunque depende del estilo de vida, también depende de la suerte. Yo he tenido mucha buena suerte”, dijo Mario Bunge en una entrevista para El País, a propósito de sus 100 años de edad. El científico y filósofo, que falleció ayer, tuvo una misión especial que pudo realizar durante un siglo: el demostrar que la filosofía y la ciencia eran aplicables en todas las esferas de la vida.
Si bien es, y será, recordado por su postura crítica contra las pseudociencias, una de las características que lo acompañaron hasta sus últimos días era la enseñanza. Fue profesor de lógica y metafísica en la Universidad McGill (Montreal, Canadá), donde impartía clases desde 1966.
Nació el 21 de setiembre de 1919, en Buenos Aires. Con menos de 20 años, fue fundador y dirigente de la Universidad Obrera Argentina, que tuvo más de 3 mil estudiantes antes de ser clausurada por el peronismo, en 1943.
Bunge parecía tener la clave para una buena vida: conocer todo lo posible, pero sobre todo compartirlo.