Foto: Midjourney / Perú21.
Foto: Midjourney / Perú21.

Junio se ha convertido para los amantes del fútbol en un mes en donde la vida transcurre en medio de partidos. Por la mañana, la bendita que ya entra a sus cuartos de final. Y por la tarde-noche, la , que está apenas un poquito retrasada en fase de grupos. La idea de ambos torneos es llegar juntos al domingo 14 de julio para así disputar ambas finales en una jornada épica.

A este lado del mundo le toca la Copa América. Hace mucho tiempo que las selecciones toman la competición muy en serio, llevando a lo mejor de lo mejor. Aunque también está lo otro. Con las Eliminatorias en breve, los entrenadores usan también este torneo para sacar conclusiones sobre jugadores y estrategias. Tal es el caso de Chile o de Venezuela, que vienen ejerciendo un recambio generacional.

¿Pero qué ocurre con Perú? Ni lo uno ni lo otro. Para cuando lea esta nota ya habremos confirmado su eliminación en primera fase o su milagrosa clasificación a cuartos de final. Sin embargo; hay un hecho inevitable. Si la Selección Peruana alguna vez fue esa isla que nos sacaba de la realidad por noventa minutos para llevarnos a un ambiente de esperanza; hoy nuevamente es un viaje de incertidumbre... y estrés.

“Creo que el fútbol como manifestación cultural de una sociedad ahora nos da pistas de lo que somos. Es decir, ahora tenemos un país, a diferencia de una década, que parece no tener un norte”. La sentencia es del escritor y docente Jorge Eslava, hincha del fútbol y del deporte en general.

El autor de los libros Bien Jugado: las patadas de una ilusión y Gimnasium enumera una serie de factores que nos han llevado a salir de los años donde la sociedad y el fútbol convivían en armonía alrededor de la Selección Peruana.

Desde la falta de un universo real de jugadores seleccionables hasta la desidia de los clubes peruanos por tener contrataciones de renombre que sumen al alicaído torneo interno. Los elementos tocados por Eslava vienen cargados con una combinación de enojo y desilusión. Incluso, al señalar a algunos jugadores peruanos como “monumentos, ídolos que ya fueron o simplemente figuras de un álbum”.

NO SOLO FÚTBOL

No deja de ser cierto que el Perú, a pesar de todo, sigue siendo un país futbolero. Sino que lo digan los tres diarios exclusivamente deportivos que circulan o los espacios dedicados al balón que mantiene cada noticiero. Pero de aquí a unos años atrás otro fenómeno ha emergido al son de las redes sociales. Muchos exfutbolistas han decidido migrar a YouTube. Precisamente han encontrado en esta plataforma la excusa para continuar en el escenario deportivo.

“Han logrado ese maridaje entre fútbol y farándula. Hacen un programa evocativo, nostálgico y de chismes. No sé si eso va a contribuir a la formación de chicos de 12 o 13 años que consumen el programa y que ve a exfutbolistas más comprometidos con lo mediático que con la cancha”, explica Eslava.

“Nos quieren hacer creer que es un carnaval futbolístico”, se queja. En su mente recorren los programas de moda, donde, entre bromas, se cuentan secretos de los camerinos como si de goles se tratara.

Antes de terminar, Eslava nuevamente usa en su diagnóstico del fútbol un símil con la sociedad. “A decir verdad, estamos empantanados como país”, sostiene para luego señalar que vamos “sin norte, sin la capacidad de unificarnos como Perú”. Todo ello, para el escritor, se termina reflejando en el ámbito deportivo, en el fútbol precisamente

¿Hay solución?, le pregunto.

“La educación, solo la educación”, concluye.


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