Miki González: “Ahora sí voy a tocar. Y vamos a dejar el pellejo”. (Foto: Javier Zapata)
Miki González: “Ahora sí voy a tocar. Y vamos a dejar el pellejo”. (Foto: Javier Zapata)

No le tiene miedo a las etiquetas. Un día puede disfrutar escuchar canciones de blues y al otro día puede estar tarareando los últimos hits de reggaetón. Así es Miki González, un gran explorador musical. Y un hombre que superó dos veces el cáncer. Ahora el cantautor regresa a los escenarios para celebrar su medio siglo de trayectoria. Y todo con un concierto en el Anfiteatro del Parque de Exposición, este sábado 19 de agosto.

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Miki González celebra 50 años de carrera artística

¿Qué te motivó a realizar los 50 años de tu trayectoria musical?

En mayo del año pasado me detectaron un tumor de cáncer en el colon y tuve que operarme el 5 de agosto. Esto paralizó mis proyectos artísticos, hasta que fui invitado por el colectivo musical femenino Girls of Rock como parte de un homenaje, donde Fátima Foronda, quien es fundadora de la banda Área 7 y con quien tengo una cercanía muy especial porque es mi pareja, propone un tributo a Miki González. Luego de ese evento comenzaron a llamarla para negociar las posibilidades de celebrar los 50 años de mi carrera artística, donde se disfrutará mi discografía de rock pop que son los viejos conocidos.

¿Qué significa para ti este regreso a los escenarios?

Cuando tuve la operación al cáncer de colon me dejó sin energía y cuando me reuní con un amigo muy querido y hablamos sobre el futuro me dijo: ‘no se sabe cuándo vas a volver a tocar’. Por eso, estoy muy contento de volver a los escenarios y todo indica que el 19 de agosto estaré tocando por dos horas.

¿Cómo te dejaron las amígdalas, cómo vas con tu voz?

La voz está mejor. Lo que está peor es la garganta porque la medicina que usaron me atrofió algunos músculos. No puedo ingerir correctamente porque no hay saliva, entonces no puedo comer ciertos alimentos como cualquiera. La otra vez estaba comiendo y sentí una piedra en la boca, pero era un pedazo de mi muela. Esto es porque estuve expuesto a la radiación y presenté efectos colaterales.

Cuéntame un poco sobre cómo rompiste ciertos estereotipos en la música.

Tengo una inclinación por la música de origen africana ya que tuvo una fuerte influencia por todo el mundo. Cuando era un adolescente me gustaba el blues que viene de una comunidad afrodescendiente. Y el reggaetón es un género musical que se deriva del reggae nacido en Jamaica, pero se hunden en Puerto Rico donde se empieza a fusionar instrumentales de reggae con ritmos hip hop. Entonces, a mí me gusta escuchar reggaetón porque al final tienen un mismo origen, toco rock, pero no me considero rockero.

¿Si pudieras trabajar con algunos artistas peruanos?

Sí, de hecho, tengo algunos invitados este sábado que voy a tocar. Tengo a Wicho García de Mar de Copas. También están Bruno y El Marshall. Y bueno, también está invitada Fátima Foronda. Viene también de Chincha la familia Ballumbrosio. Y en los vientos están Carlos Espinoza y Abel Páez. Así que va a ser un elenco de lujo. Ahora sí voy a tocar. Y vamos a dejar el pellejo.

Cuéntanos una anécdota de Tocache

Estábamos por la tarde y decidimos ir a bañarnos al río porque había más de 30 grados. Había ese calor de mediodía y entonces tomamos un taxi para el río. Como éramos seis, fuimos tres en uno. Los otros fueron en otro taxi. Y nosotros no llegábamos. No nos habían llevado al río. Había un afluente que era como el río Rímac, con bastantes piedras. No era el típico río amazónico que es profundo y tiene mucha vegetación a los lados. Era como una quebradita. Y les preguntamos qué querían. Y nos dijeron “ahí hay una curva a la altura del puente de Tocache. No vayan allá porque hay mucho ‘frío’”. Y no entendíamos, porque hacía como 30 grados de calor. Pero resulta que a las personas las ejecutaban ahí en la curva, a la altura del puente. Había mucho ‘frío’ allí arriba, en Nuevo Progreso, Uchiza. Ahí lanzaban los cadáveres y la gente iba a buscar ahí a sus familiares. Entonces nos estaban recomendando que no vayamos, que no nos involucremos. Ahí no llegaba el Estado peruano, era muy muy complicado. Había un código de conducta, y si no se seguía te ejecutaban. Hay algo de sarcasmo que a veces te hace reír, pero se recuerda la crueldad de toda esa época y todo a lo que estuvimos sometidos. Los jóvenes no lo han vivido y no saben de qué se trata eso.

¿Puede repetir la introducción de ‘Vamos a Tocache’?

Me llaman por teléfono. Yo pregunto quién es. Es Javier Zapata… ¿qué quieres saber? Tararararara? ¡Vamos a Perú 21!

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