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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Siempre he creído que parte de la desgracia de este país la originaron los publicistas. Definitivamente, es el consumismo la característica de estos tiempos. Sin embargo, el efectismo y la especulación son criterios en muchas agencias.

Una campaña donde el enemigo es un compatriota –y su variante optimista– es decadente y demuestra un criterio liliputiense. En una sociedad donde no se asume el espacio público como patrimonio ciudadano, ¿quién designó a los "creativos" como gamonales de nuestro sentido estético y como sumos sacerdotes de nuestras aspiraciones de consumo?

Sin ánimos de sacralizar profesiones, lo más hilarante es cuando un publicista se cree artista, cuando una activación comercial se asume como una intervención artística en espacio público o cuando se cree que un flashmob es una performance.

Al revisar campañas, como los afiches de la reforma agraria, del Sinamos, muchos de ellos realizados por Jesús Ruiz Durand, me queda claro que la publicidad actual es un irremediable holocausto.

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