Conversamos con la tablista Sofía Mulánovich. (Perú21/ Manuel Melgar)
Conversamos con la tablista Sofía Mulánovich. (Perú21/ Manuel Melgar)

En Punta Hermosa hay una plaza que se llama Sofía. Hace tres años la invitaron para inaugurarla. “Es lindo el lugar, los sunsets se ven súper bonitos ahí”, me dice cuando subrayo lo que ha logrado: que una plaza tenga su nombre, tal vez algo inédito entre los deportistas peruanos. Es hija de Punta Hermosa, aunque no nació ahí.

Después de 15 años, volvió a alcanzar un título mundial, en 2019. Era la segunda vez que corría en Japón, donde compitieron las mejores del mundo, como Stephanie Gilmore, siete veces campeona mundial de tabla. Quizás sea un presagio de que tendremos a Sofía Mulánovich en Tokio 2020. “Si clasifico, puedo decir que todo fue increíble”, señala sentada frente al mar de Punta Hermosa, desde la terraza de su casa.

Antes de empezar una competencia es bastante introvertida. Prefiere estar sola, no escucha música, no le gusta que le hablen. Hoy sus victorias dependen de saber esperar, de remar con la paciencia, prudencia que transmite cuando sonríe o para responder las preguntas de esta entrevista.

Luego de 15 años volviste a ganar un mundial. ¿Cómo pasó?

Fue lo máximo. Todo pasó como para que me vaya bien. Me llegaron las olas en todas mis series, tenía las tablas mágicas, me sentía bien, no tenía ninguna presión.

¿Cómo así todo confluye para que ganes?

No sé. Yo creo bastante que cuando tú te sientes bien, las cosas buenas pasan, especialmente en un deporte que está tan vinculado con la naturaleza. Había practicado un montón, tenía todo para llegar a ese resultado, pero no me lo esperaba. Yo no competía contra esas chicas desde 2013. Fue bastante tiempo fuera de ese nivel de surf tan alto.

¿No haber clasificado a los Panamericanos Lima 2019 te dejó picona?

Sí, de alguna manera sí. Fue un evento muy bonito. Al final, lo importante es que Perú se llevó las medallas. No competir en casa y en un evento tan grande sí te deja un poco picona. Pero tal vez si hubiera competido en los Panamericanos, no habría ganado un mundial ISA.

¿Cambiarías el título mundial por haber estado en los Panamericanos?

No (ríe), no hay forma. No.

¿Quedarte picona sumó?

Me quedé picona hasta después de los Panamericanos, pero lo acepté y lo dejé ir, y eso me quitó la presión. Allá ya no estaba picona ni con ningún tipo de resentimiento. Estaba tranquila.

¿Es normal que una tablista vuelva a ser campeona mundial luego de 15 años?

Bueno, Kelly Slater ha sido campeón mundial muchas veces, no sé si 15 años después. Tiene casi 50 años y está en los campeonatos mundiales. Él también compitió en el ISA y salió quinto, creo.

¿Te ves a los 50 compitiendo?

No sé (risas). Ya estoy tranquila con mis resultados y ahora con las miras en Tokio 2020.

¿Te sientes como hace 15 años?

Cuando tenía 21, tenía mucho más energía, era más aguerrida. Ahora muchas de mis victorias dependen de mi mente. De cómo gané en 2004 a cómo gané en 2019 es totalmente distinto.

¿Cómo ganaste en 2004?

Tenía un montón de energía.

Te querías comer el mundo.

Exacto. Era súper aguerrida, no era tan paciente, ganaba más por estar ahí, ahí. En 2019 he ganado con mucha más tranquilidad, súper calmada, con decisiones inteligentes, no desperdiciando energía en olas que no valían.

¿Estás en un mejor momento?

Si me tuviera que quedar con uno, sería con el de 2019.

Pero estabas enseñando y ya se creía que Sofía se empezaba a retirar de las competencias.

Sí, el Proyecto Sofía me ayudó mucho. Hizo acordarme de cuando era niña y cuánto quería competir. Aprendí más de ellos que ellos de mí. Y me dio ese empujón y ganas para ir detrás del sueño olímpico. Y ahora las Olimpiadas son la motivación más grande. Primera vez que el surf entra.

Cuando enseñabas, ¿pensaste en el retiro?

Es que retirarse es una palabra fuerte, especialmente para un deporte como el surfing, que es un estilo de vida. Yo creo que nadie se retira del surfing.

¿Qué debe pasar en El Salvador para que llegues a Tokio?

Creo que estando en el top 30 tengo posibilidades y haber ganado en 2019 da esa confianza.

¿El surf peruano está asegurado con tablistas como Daniella Rosas y Mafer Reyes?

Sí, definitivamente. Ya lo han demostrado en los Panamericanos.

Daniella fue tu alumna.

Sí, estuvo en el Proyecto Sofía.

¿Ya se perfilaba?

Fue una de las que vimos con más talento.

Es bien guerrera. ¿Eras como Daniella?

Sí, era un poco más así.

Cuando yo le decía a Daniella si quería superarte o ser como tú, me respondía: “No, yo soy Daniella”.

(Risas). ¿Ah sí? Buenísimo.

La alumna tiene que superar a la maestra.

(Se queda en silencio). Vamos a ver (risas).

¿La tabla puede llegar a ser masiva como el fútbol?

Es un deporte vinculado al mar y los peruanos somos de mar.

¿Qué debe pasar?

Hay que promoverlo más, identificar talentos. Es un deporte muy vinculado a nuestra sangre, desde los caballitos de totora.

Con 36 años y tres mundiales, ¿cuál es tu sueño?

Seguir surfeando y ser feliz con mi familia. Estoy súper contenta con todos mis logros, siempre he dado lo mejor de mí, pero si clasifico a las Olimpiadas, sería lo máximo.

AUTOFICHA:

- “Soy Inés Sofía Mulánovich Aljovín. Solo me dicen Inés cuando voy al aeropuerto (risas). Tengo 36 años, nací en Lima. Después del colegio, me dediqué íntegramente a la tabla, que la aprendí de mis papás y del ambiente. Tengo dos hermanos y ellos también surfean”.

- “Tengo tres títulos mundiales, dos ISA y un World Surf League, dos veces subcampeona mundial en WSL, he ganado 10 WCT y como siete WQS, también gané sudamericanos, etc. Mi primer torneo bien grande que gané fue un WCT en Lobitos, aquí en Perú”.

- “Hay que seguir entrenando con fuerza para el ISA en El Salvador. Estoy poniendo todo en ese torneo. Surfeo bastante, hago yoga, estiramiento. Trato de surfear todos los días, por lo menos dos horas. La otra semana empezaré con entrenamientos físicos, psicológicos y de ahí a meterle con todo”.