Inacción de la gestión pública frente a actividad terminó por ahuyentar inversiones.
Inacción de la gestión pública frente a actividad terminó por ahuyentar inversiones.

En lo que va del año, el precio del ha caído alrededor de 25% respecto de lo proyectado al cierre del 2021 (US$4.44 la libra). Esta corrección a la baja tiene un origen definido y es la potencial caída del crecimiento económico en el mundo, empezando por un temor de recesión en Estados Unidos, señaló Ricardo Carrión, socio gerente de Kallpa SAB.

“Este temor es cada vez más evidente y real y está impactando no solo en el precio del cobre, sino en todos los metales base”, dijo.

Carrión explicó que también debemos observar la oferta ya que, si bien se han enfocado en que habrá menor crecimiento económico en el mundo, por el lado de la oferta existe una problemática que en teoría debería hacer que el precio del cobre se mantenga relativamente estable.

Así también señaló que en el mercado de los metales y las inversiones se manejan sobre expectativas, ahora hay una sobrerreacción y eso ha hecho que el cobre caiga de manera desproporcionada.

“Después de la última caída fuerte que tuvo se ha nivelado y está entre US$3.30 y US$3.35 la libra. El precio ha encontrado un piso, se va a estabilizar en esos niveles y hay que ver qué sucede con las economías globales este año”, dijo.

Por su parte, Víctor Gobitz, presidente y gerente general de la empresa Antamina, anotó que los fundamentos de la demanda del cobre siguen siendo sólidos por la marcada tendencia mundial hacia la reducción del uso de combustibles fósiles en el transporte terrestre.

NO SE HA APROVECHADO

Para Carrión, ha sido una irresponsabilidad del Gobierno el no aprovechar los precios altos del metal. “Hemos tenido el precio por encima de US$4 la libra y servía para dos cosas, empujar a las compañías operadoras a producir lo máximo posible y para atraer inversión”, sostuvo.

Sin embargo, explicó que ha ocurrido lo contrario y, en lugar de apoyar, el Gobierno golpeó mucho al sector minero y las paralizaciones de las operaciones por los conflictos, afectaron mucho la producción local.

Insistió en que los periodos de precios altos sirven para atraer inversión y gatillar nuevos proyectos de exploración, anotó Carrión, y eso tampoco ha ocurrido.

“La exploración es lo que va a sostener el sector de aquí a 15 o 20 años, pero no hay capacidad de trabajo de operación porque no hay confianza suficiente para captar inversión y conseguir grupos que puedan ser fuente de exploración”, dijo Carrión.

IMPACTO

Para Gobitz, dado el equilibrio macroeconómico, la potencial menor recaudación por Impuesto a la Renta en minería este año, con relación al 2021, no debería impedir o postergar los planes de inversión pública.

“Debería ser la oportunidad de que una alianza de los sectores público-privados nos lleve a una mayor calidad de la inversión pública (ser más eficientes en la planificación, priorización y ejecución de las obras de infraestructura pública), una menor recaudación debería generar este sentido de urgencia”, expresó.

Sabía que

Según Ricardo Carrión, el Gobierno debe enviar mensajes de apoyo a la inversión privada que este año tendrá un crecimiento nulo o negativo.

Señaló que la producción va decreciendo y, de no reemplazarse, podríamos quedar sin actividad minera en 30 años.

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