"Esto se debe principalmente a que en vacaciones se pierden las rutinas establecidas en el colegio, disminuyendo la continuidad y refuerzo de los aprendizajes logrados en el año. Además, existe una falta de estimulación cognitiva; es decir, no exponemos a nuestros hijos e hijas a enfrentar situaciones retadoras que los ayude a seguir pensando, razonando o creando como lo hacen durante el periodo escolar".
"Esto se debe principalmente a que en vacaciones se pierden las rutinas establecidas en el colegio, disminuyendo la continuidad y refuerzo de los aprendizajes logrados en el año. Además, existe una falta de estimulación cognitiva; es decir, no exponemos a nuestros hijos e hijas a enfrentar situaciones retadoras que los ayude a seguir pensando, razonando o creando como lo hacen durante el periodo escolar".

Las son una gran oportunidad para aprender fuera del colegio. Allí los niños, niñas y adolescentes pueden explorar sobre sus intereses y fomentar en ellos el aprendizaje continuo, donde se pueda interiorizar lo que aprendemos en diferentes espacios, de diferentes maneras.

Evaluaciones realizadas en los sistemas educativos e investigaciones, muestran que durante las vacaciones hay un “retroceso” en los aprendizajes. Según un estudio publicado en 2020, en el American Education Research Journal, se demostró que un poco más de la mitad de los estudiantes (52%), perdieron un 39% de los logros adquiridos durante el año escolar.

Esto se debe principalmente a que en vacaciones se pierden las rutinas establecidas en el colegio, disminuyendo la continuidad y refuerzo de los aprendizajes logrados en el año. Además, existe una falta de estimulación cognitiva; es decir, no exponemos a nuestros hijos e hijas a enfrentar situaciones retadoras que los ayude a seguir pensando, razonando o creando como lo hacen durante el periodo escolar.

¿Qué podemos hacer? Aquí algunas recomendaciones: Primero, si salen de paseo o de viaje, buscar alternativas educativas relacionadas a las clases desarrolladas. Por ejemplo, si se ha investigado en el colegio sobre la época colonial, se puede visitar lugares de la ciudad que son de esa época y vincularlo a los aprendizajes logrados, esto los ayuda a reforzar lo aprendido o descubrir nuevos elementos.

Segundo: se puede reforzar las matemáticas con acciones cotidianas del hogar tomando en cuenta la edad del niño o niña. Por ejemplo, entre los 7 y 8 años pueden sacar las cuentas de las compras, verificar los gastos realizados en la bodega o el supermercado. Si son adolescentes, pueden llevar un presupuesto personal o los gastos diarios de la casa.

Tercero: fomentar la lectura por placer para motivarlos. Asistir a ferias de libros, seleccionar juntos un libro en la librería, visitar a familiares o amigo que tengan alguna biblioteca o dar acceso a plataformas digitales donde se tengan temáticas variadas. Finalmente; podemos fomentar su creatividad al exponerlos a museos o galerías de arte, ya sea en la modalidad presencial o virtual.

Existen actividades para todos los intereses y presupuestos, pero se necesita una acción intencionada de las familias e involucrar a los propios estudiantes a definir estas actividades. Siempre recomendando un equilibrio entre actividades físicas y cognitivas, virtuales y presenciales que aseguren el bienestar.

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