El embarazo no ha afectado casi en nada la figura de Beyoncé, quien se lució con un ceñido vestido rojo durante un concierto de su esposo, el rapero Jay Z, en el Carnegie Hall de Nueva York.
La cantante evidenció lo rápido que se ha recuperado después de traer al mundo en enero a su pequeña Ivy Blue. Con su rubia melena y un maquillaje muy sutil, ella enamoró a todos los asistentes con su belleza y espectacular figura.
La cantante escogió un sensacional vestido drapeado, que acompañó con unos altísimos zapatos Louboutin con pedrería, y dedicó sonrisas a los periodistas que se agolpaban a la entrada del recinto.