Juan Carlos Fangacio
Quiero hablar sobre Viviendo al límite (Spring Breakers, 2012) a partir de su mejor secuencia: aquella en la que un James Franco en papel de gangster toca al piano una balada de Britney Spears, junto a sus ninfas asesinas, al atardecer.
¿Hay algo que represente mejor el declive de ese submundo adolescente? ¿No engloba esa escena toda la decadencia joven, dulce y pútrida de unos cuerpos tersos, pero afeados por el alcohol y las drogas? ¿No es esta la parte que más se acerca al conjunto de la obra de Harmony Korine?
La reseña completa en el blog Plano Cerrado.
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