El 72% de las personas que conforman la Población Económicamente Activa (PEA) es informal, según datos de 2019 
del INEI. (GEC)
El 72% de las personas que conforman la Población Económicamente Activa (PEA) es informal, según datos de 2019 del INEI. (GEC)

El Gobierno ha dispuesto que las personas que se contagien de , y su entorno, se mantengan en aislamiento por 14 días. Ha dicho también que se darán medidas complementarias en el marco laboral.

La ley actual dice que, según el nivel de complejidad en contextos extraordinarios, las empresas pueden acordar con sus trabajadores vacaciones, reducción de sueldo (mientras dure la epidemia), suspensión de haberes o compensación de días.

Pero ni la norma vigente ni la cuarentena, que busca evitar que el virus se propague a gran velocidad, toman en cuenta que el 72% de la PEA (Población Económicamente Activa) en el Perú es informal y depende de los ingresos que consigue día a día.

Ayer, Perú21 recorrió distintos espacios de la ciudad de Lima y conversó con 10 trabajadores informales de cuyo trabajo independiente depende la subsistencia de su familia. La imagen de un ciudadano huyendo de la puerta del hospital de Essalud en Chiclayo, propalada por la televisión en días recientes, planteó la pregunta en nuestra redacción: ¿podremos los peruanos acatar la cuarentena?

Perú21 preguntó a ocho comerciantes ambulantes, un estibador y un mototaxista si se harían la prueba para descartar el virus y si estarían dispuestos a permanecer 14 días en aislamiento. Cinco de ellos dijeron que, definitivamente, no acatarían la cuarentena, tres de ellos ni siquiera aceptaron la posibilidad de someterse al descarte: dijeron que no tienen tiempo ni para averiguarlo. Tal situación podría extender el virus de manera insospechada.

Los otros cinco –dubitativos– dijeron que sí la acatarían, pero inmediatamente se preguntaron cómo podrían alimentar a sus hijos en esos días.

La epidemia, que ya registra 17 casos en el Perú y más de 4,290 muertes en el mundo, amenaza la economía global y podría quebrar un sinnúmero de empresas formales en nuestro país.

Esta realidad desbordará pronto al Estado. ¿El MEF está tomando previsiones? ¿Se ha considerado la posibilidad de subsidiar temporalmente a las personas que no pueden dejar de salir a trabajar?

De momento, los casos afectan a peruanos que volvieron del exterior, pero, ¿qué pasará cuando llegue al ciudadano de a pie que necesita salir cada día a la calle? ¿Qué hará el Gobierno para contener la pandemia cuando esta se enfrente con la realidad? ¿Tiene el Ejecutivo un plan para afrontar esta inminente situación?

Carlos Parodi, economista de UP y columnista de este diario, sostiene que el Gobierno podría otorgar algunos subsidios temporales a empresas formales, como las del sector manufactura. Pero dice que en el caso de los informales, no lo cree posible, pues no existe ningún registro de ellos en el Perú.

A estas alturas de la pandemia, el Ejecutivo tendría que considerar medidas económicas y tributarias para que el país no se le vaya de las manos.

La población informal no se someterá al aislamiento y las empresas formales no podrán resistir sin exoneraciones y fraccionamientos.

“¿Cómo subsistiría esos días?” // Ricardo García, vendedor de shorts. 50 años

Ricardo García, vendedor de shorts. 50 años
Ricardo García, vendedor de shorts. 50 años

“Sí, claro que me iría a ver, da como una gripe cualquiera, dolor de cuerpo, escalofríos. Así es la enfermedad, aunque en Lima y en el país tenemos peores. Si me tuviera que ir a aislamiento, iría porque no puedo exponer a mi familia ni a mis clientes. El problema es cómo subsistiría esos días, cómo daré de comer a mi familia. Tal vez yo me pueda prestar, pero el Estado debe ver qué personas están en condiciones de poder vivir esos 14 días sin ingresos, ver dónde viven y si tienen la economía suficiente. Ellos tienen que ver un plan B.

“Tengo tres hijos que alimentar” // Carlos Chávez, mototaxista. 28 años

“Tengo tres hijos que alimentar” // Carlos Chávez, mototaxista. 28 años
“Tengo tres hijos que alimentar” // Carlos Chávez, mototaxista. 28 años

“Me daría miedo hacerme la prueba del coronavirus, me preocuparía dejar de trabajar y salir a la calle. No puedo dejar de generar ingresos. Gano entre 30 y 35 soles al día y tengo tres hijos, de 3, 11 y 13 años que mantener y alimentar”, responde Chávez al ser consultado sobre si se sometería a la prueba. Añade que si diera positivo al COVID -19, no podría quedarse en aislamiento en su casa en Manzanilla, en el Cercado, así ponga en riesgo a las decenas de personas que transporta a diario en su mototaxi, servicio que presta desde hace seis años.

“¿Quién me va a dar de comer?” // Ernestina Teniente, vendedora de jugos. 39 años

“¿Quién me va a dar de comer?” // Ernestina Teniente, vendedora de jugos. 39 años
“¿Quién me va a dar de comer?” // Ernestina Teniente, vendedora de jugos. 39 años

“No sé si me haría la prueba… ¿Quién me va a dar para pasar los días en aislamiento? ¿Quién me va a dar para dar de comer a mis hijas? Yo trabajo para mis hijas de lunes a domingo, soy madre soltera y el padre de ellas no me quiere pasar un sol. Es imposible para mí una cuarentena”, nos dice Ernestina, quien gana de 30 a 40 soles al día vendiendo jugo de frutas. Al ser consultada sobre qué pasaría con las personas que compran sus productos, la comerciante respondió: “¿Qué puedo hacer pues? ¿Cómo me voy a mantener? No tengo otra opción”.

“Recursos es lo que no tenemos” // Dimas Capcha, vende útiles escolares. 50 años

“Recursos es lo que no tenemos” // Dimas Capcha, vende útiles escolares. 50 años
“Recursos es lo que no tenemos” // Dimas Capcha, vende útiles escolares. 50 años

“Si me detectan la enfermedad, caballero pues, cuarentena. Recursos no tenemos, pero, ¿qué podemos hacer? Peor es infectar a las personas. Acá hemos pasado el cólera, la influenza, H1N1 y mira que esta es la zona de La Victoria declarada en emergencia por tuberculosis”, nos dice Dimas, quien trabaja junto a su esposa para mantener a sus tres hijos pequeños. Ellos critican los elevados precios de las mascarillas y de los productos de limpieza. “¿Crees que la gente de los cerros va a poder pagar 10 soles por un alcohol en gel?”, dice su esposa.

“Solo tengo para el día a día” // María Osco, vende comida. 44 años.

“Solo tengo para el día a día” // María Osco, vende comida. 44 años.
“Solo tengo para el día a día” // María Osco, vende comida. 44 años.

“Si me siento mal, tendría que hacerme la prueba para descartar si tengo o no tengo el coronavirus. En ese caso, si me someten a cuarentena, tendría que buscar a otra persona para que cuide a mis hijas de 6 y 10 años. Lo que me preocupa es mi trabajo. Con mi negocio tengo para el día a día, saco entre 30 y 40 soles y no puedo ahorrar”, dice algo dubitativa María, quien vende fruta y bebidas en San Luis y vive en Manchay. “¿Cómo haría si me diera el coronavirus para pasar mis días? Es un temor porque yo no quiero afectar o contagiar a otras personas”, anotó.

“Vendería aunque sea un riesgo” // Jimm Carrasco, vende agua y marcianos. 28 años.

“Vendería aunque sea un riesgo” // Jimm Carrasco, vende agua y marcianos. 28 años.
“Vendería aunque sea un riesgo” // Jimm Carrasco, vende agua y marcianos. 28 años.

“Cuando uno tiene miedo, peor es… Creo que si tengo síntomas de la enfermedad, sí me haría la prueba. Sobre si cumpliría el aislamiento, qué te puedo decir, no sé si lo cumpliría porque tengo un hijo de 8 años que mantener”, nos dice este joven de Tingo María, que llegó hace cuatro meses a Lima con su hijo de 8 años en busca de mejores oportunidades. Jimm se queda pensando unos segundos y se muestra seguro. “Seguiría vendiendo mis marcianos, aunque sea un riesgo”, añade mientras ofrece sus productos en la puerta de la Estación Gamarra.

“Pediría a mis vecinos una pollada” // Elizabeth Prialé, vende productos de aseo. 49 años.

“Pediría a mis vecinos una pollada” // Elizabeth Prialé, vende productos de aseo. 49 años.
“Pediría a mis vecinos una pollada” // Elizabeth Prialé, vende productos de aseo. 49 años.

“Si tengo, iría a la cuarentena; lo haría. En ese caso, ya les pediría a mis vecinos que me ayuden y hagan una pollada para poder pasar esos días en mi casa”, dice algo dudosa y no muy convencida Elizabeth, mientras responde a las preguntas sobre qué medidas tomaría en caso de que diera positivo una prueba sobre el temido COVID-19. Ella vive en San Martín de Porres y pasa el día sentada frente a la modesta mesa donde vende los productos de aseo, como jabón y alcohol, que ahora tienen alta demanda por ser usados para prevenir este mal.

“La verdad, no me haría la prueba” // Rey Albino Francisco, estibador. 50 años.

“La verdad, no me haría la prueba” // Rey Albino Francisco, estibador. 50 años.
“La verdad, no me haría la prueba” // Rey Albino Francisco, estibador. 50 años.

“Nosotros todos los días trabajamos, no sabemos cuándo nos puede dar el coronavirus, ni tenemos tiempo para averiguarlo… La verdad, no me haría la prueba”, nos dice Rey Albino, un estibador huanuqueño, quien tiene cuatro hijos. El cargador nos refiere que recibe entre 60 y 70 soles diarios y de ahí debe pagar el depósito para su carreta con la que día a día traslada fruta y verduras en La Parada. Tiene claro que si contrae el virus, que se ha convertido en pandemia, no cumpliría la cuarentena en el cuarto que alquila en El Agustino.

“Guardamos pan para mayo” // Pamela Lázara, vende ensalada de fruta. 36 años.

“Guardamos pan para mayo” // Pamela Lázara, vende ensalada de fruta. 36 años.
“Guardamos pan para mayo” // Pamela Lázara, vende ensalada de fruta. 36 años.

“Sinceramente con mi esposo hemos pensado qué hacer en caso de que nos dé el coronavirus. En primer lugar acordamos abastecernos con los alimentos necesarios para aguantar la cuarentena junto a nuestros dos pequeños hijos, para eso es importante haber guardado pan para mayo… Como se dice, romperemos el chanchito”, cuenta Pamela, mientras prepara en simultáneo unas 20 ensaladas de fruta debajo de la línea del Metro, frente a la Videna, en la avenida Aviación. Añade que su plan alternativo es poner a otra persona a que trabaje por ellos.

“Así tenga el virus, igual trabajo” // Elmer Choque, vendedor de ropa.

“No me haría la prueba, creo que están ‘psicoseando’ (sic) por gusto con este tema del coronavirus”, dijo este vendedor de ropa a dos cuadras de La Parada, en La Victoria. Al ser consultado sobre qué haría si diera positivo a este virus que ya ha causado más de 4,200 muertes en el mundo, respondió que seguiría trabajando y sin protección alguna. “Si me dan positivo, igual trabajo, no necesito de mascarillas ni guantes. Yo creo en mi alimentación, soy de la sierra, de Puno. Lo que gano acá no me permite estar en aislamiento, hay días en que se vende y días en que no, ¿quién nos va a mantener?, yo tengo hijos de 6 y 8 años y vivo en una casa alquilada”, subrayó.