Redacción PERÚ21

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Eran un peligro para la salud. Un operativo de la detectó que muchas de las que se venden en el centro de la ciudad eran elaboradas con hielo industrial, que es destinado a los frigoríficos para la conservación de carnes y que no es apto para el consumo humano.

En medio de los helados bloques se encontró hasta cabellos, los depósitos en los que se almacenaba el jarabe eran reciclados y algunos tenían hasta hongos, informó el noticiero El menú del día. Una boleta encontrada en uno de estos negocios demostró que el hielo era comprado a una empresa pesquera.

También se verificó que los vendedores de raspadillas intervenidos no tenían permiso edil para expender el producto, no contaban con carné de sanidad ni con la indumentaria correcta.