Una alianza entre la CAF - Banco de Desarrollo de América Latina (antes Corporación Andina de Fomento) y Cálidda fue el punto de inicio para la conexión gratuita de los a la red de gas natural. Inicialmente, el proyecto contemplaba realizar la instalación a cincuenta comedores populares de los distritos de San Juan de Lurigancho y El Agustino para beneficiar alrededor de cinco mil personas. El comedor que inauguró el programa fue Acción Social N.° 2 en San Juan de Lurigancho, durante octubre de 2010. El uso seguro de las instalaciones y la dotación de nuevas cocinas también formaron parte del programa.

En los siguientes dos años la iniciativa fue desplegada en las zonas de influencia del tendido de redes de Cálidda, permitiendo establecer un vínculo significativo con las comunidades aledañas. Tras el fin del convenio con la CAF, en 2012, y la obtención de los primeros buenos resultados, Cálidda decidió continuar por cuenta propia.

A partir de entonces se fueron incorporando más capacitaciones y beneficios. Los más exitosos fueron los concursos. “Manos a la olla”, por ejemplo, pretendía sacar a relucir el potencial de las mujeres en temas culinarios, con recetas innovadoras y nutritivas.

Fue en ese transcurso que el programa tomó el nombre de Comedores Cálidda.

En medio de la pandemia, Cálidda buscó la manera de seguir ayudando. Además de la condonación de deudas de los comedores y la donación de víveres, gracias al voluntariado de la empresa, se ideó una serie de capacitaciones para promover la salida de la crisis económica a través de diversos emprendimientos. Educación financiera, formación de negocios, estrategias y canales virtuales de venta coparon la atención de las lideresas. En esta etapa el aliado estratégico fue Mibanco.

Con el regreso a la normalidad, Comedores Cálidda volvió repotenciado, siempre impulsando el desarrollo de oportunidades y fortalezas de quienes dirigen y trabajan por su comunidad.


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