La defensa de la ejecutada habían solicitado clemencia porque la condenada sufrió abusos en su niñez y padecía una discapacidad intelectual.
La defensa de la ejecutada habían solicitado clemencia porque la condenada sufrió abusos en su niñez y padecía una discapacidad intelectual.

Amber McLaughlin, una , ha sido ejecutada el pasado martes por a puñaladas a su expareja en 2003, y se convirtió en la primera persona de trans en enfrentar laen .

La mujer, quien comenzó su transición de género hace unos tres años en prisión, le administraron la inyección letal en Misuri, después de que el gobernador de ese estado, Mike Parson, rechazara su pedido de clemencia, pues la reclusa citó “problemas de salud mental y una infancia traumática”. Sin embargo, no fue suficiente para recibir el indulto.

“McLaughlin acechó, violó y asesinó a Guenther”, mencionó el gobernador de Misuri, Mike Parson. “McLaughlin es una criminal violenta. La familia y los seres queridos de Guenther merecen la paz”, añadió.

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La base de datos del Centro de Información sobre la Pena de Muerte (Death Penalty Information Center, DPIC), una organización en contra de las ejecuciones, señala que 1,558 personas han muerto ejecutadas desde que la pena capital se restableció en Estados Unidos, en 1977. Todos, excepto 17, eran hombres. El DPIC indicó que no hay casos anteriores en los que se haya ejecutado a una persona abiertamente transgénero.

Argumentos de la defensa: Infancia llena de abusos

La petición de clemencia presentada por sus abogados citó los problemas de salud mental y la infancia traumática de McLaughlin, de los que el jurado nunca escuchó durante su juicio.

Uno de sus padres de acogida le frotó heces en la cara cuando era pequeña y otro la atacó con una pistola paralizante, de acuerdo con los argumentos de los abogados, que también citaron que McLaughlin sufría de depresión severa y que había intentado suicidarse varias veces, desde que era una niña.

La petición también incluía informes que citaban un diagnóstico de disforia de género, una condición que causa angustia y otros síntomas como resultado de la disparidad entre la identidad de género de una persona y su sexo asignado al nacer. Pero la identidad sexual de McLaughlin “no era el foco principal” de la solicitud de clemencia, sostuvo su abogado, Larry Komp.

Motivo de condena a muerte

Años antes de que iniciara con su proceso de transición, en 2003, McLaughlin tenía una relación con Beverly Guenther. Cuando la relación terminó, McLaughlin comenzó a acosar a Guenther: aparecía en su lugar de trabajo, a veces escondiéndose dentro del edificio, según los registros judiciales.

Guenther obtuvo una orden de restricción y, en ocasiones, agentes de policía la escoltaban hasta su automóvil después del trabajo.

Pero el 20 de noviembre de 2003, Guenther no regresó a casa. Sus vecinos llamaron a la policía al darse cuenta. Los policías fueron a las oficinas donde laboraba la mujer y hallaron un cuchillo roto y rastros de sangre cerca de su automóvil.

Los agentes detuvieron a McLaughlin, quien los condujo a un lugar cercano al río Mississippi, en St. Louis, donde había arrojado el cadáver de su víctima, a quien había violado antes de matarla. Cabe mencionar que, Guenther tenía 45 años al momento de su muerte.

McLaughlin fue declarada culpable de asesinato en primer grado en 2006. Un juez la condenó a muerte después de que un jurado llegara a un punto muerto en la sentencia. Missouri e Indiana son los únicos estados que permiten que un juez, en lugar de un jurado, condene a alguien a muerte.

El camino hacia su transición

McLaughlin comenzó su transición hace unos tres años, según Jessica Hicklin, una reclusa también transgénero que pasó 26 años en prisión por un asesinato relacionado con las drogas antes de ser liberada en marzo de 2022.

Hicklin, de 43 años, demandó en 2016 al Departamento Correccional de Missouri, para que se le permitiera recibir terapia hormonal y comenzar su propia transición. Ganó la demanda en 2018 y se convirtió en mentora de otros reclusos y reclusas transgénero, entre ellos McLaughlin.

Hicklin describió a McLaughlin como una persona “dolorosamente tímida” que comenzó a “salir de su caparazón” una vez que inició su transición. “Ella ya sonreía y hacía bromas”, dijo.

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