El portero del Glentoran de la Liga de Irlanda del Norte, Aaron McCarey, no soportó recibir un gol rival y no supo controlar su furia. Tras la anotación del equipo rival, el arquero golpeó y derribó a uno de sus defensas, Bobby Burns, tras haber encajado un gol. McCarey fue expulsado con la tarjeta roja directa.
McCarey perdió los papeles cuando su equipo, que iba ganando por 2-1, recibió el empate en el minuto 80. El gol fue obra del defensa Cathair Friel, que pudo superar a Burns, quien no habría flaqueado y cometido un error por lo que McCarey corrió hacia su compañero, lo golpeó en la cara y lo tiró al suelo.
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Tras la agresión, el árbitro del encuentro se sumó al tumulto y le sacó la tarjeta roja al arquero que salió del campo de juego quitándose los guantes con enojo y furia.
Aunque Burns fue derribado por McCarey, el entrenador del Glentoran, Mick McDermott, dijo que no le golpeó en la cara y añadió que el arquero le tendió sus manos a su compañero. “Bobby está destrozado, pero fue un incidente después del gol y tengo que mirar la parte objetiva de cómo se encajó, fue de una manera pobre”, aseguró el jefe del equipo.