Australia: Pareja mantuvo a abuelita de 67 años como esclava durante 8 años
Australia: Pareja mantuvo a abuelita de 67 años como esclava durante 8 años

Kumuthini Kannan y Kandasamy es una pareja de esposos que durante ocho años violentó a una mujer de 61 años. Ambos forzaron a la abuelita a realizar trabajo forzoso de la casa y la mantuvieron en condición de esclava. El cruel hecho se descubrió en .

La mujer de avanzada edad fue encontrada luego de sufrir una descompensación producto de los malos tratos. Su victimaria se vio obligada a llamar a los paramédicos tras hallarla temblando en un charco de orina.

Cuando la ayuda médica llegó encontró a la pobre mujer con un peso de solo 40kg y con una temperatura de 28,5 °C. Había perdido todos los dientes, también presentaba diabetes y septicemia.

Los esposos fueron detenidos en el año 2015 y recién fueron sentenciados por la Corte Suprema de Victoria el pasado miércoles por poseer y ejercer intencionalmente el derecho de propiedad sobre un esclavo entre 2007 y 2015.

“Su vida fue controlada en gran parte en la privacidad de su propio hogar y usted tuvo cuidado de mantener su verdadero estatus frente a otros en su comunidad para que se mantuviera su sucio secreto”, argumentó el juez John Champion tras dar su sentencia.

EL ESTADO DE LA VÍCTIMA

La víctima pasó recuperándose dos meses en el hospital. Ahora, con 67 años, vive en un centro de atención para ancianos en los suburbios de Melbourne. Tendrá que usar un catéter por el resto de su vida producto de las malas condiciones en las que vivió durante los ocho años de esclavitud.

“Usted (la Sra. Kannan) dijo una letanía de mentiras diseñadas para engañar y distanciarse a usted ya su esposo de las verdaderas circunstancias de la persona que había sido admitida en el hospital”, dijo el juez durante la audiencia. Además resaltó que la esclavitud era un “crimen contra la humanidad” y era “repugnante” pues degradaba la condición humana.

La víctima le dijo al jurado que la habían golpeado con un pollo congelado, le habían vertido agua caliente mientras la agredían y solo tenía una hora de descanso cada noche.

Tras una pericia psicológica se determinó que Kannan era más moralmente culpable por el crimen, pero aceptó que padecía un trastorno depresivo mayor y ansiedad. Ella estaba a cargo de la casa y le dijo a la víctima qué hacer mientras su esposo tenía un papel “periférico y pasivo”.

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