Jair Bolsonaro debió sustituir a la cúpula de las Fuerzas Armadas de Brasil ras la dimisión. (Foto: EVARISTO SA / AFP).
Jair Bolsonaro debió sustituir a la cúpula de las Fuerzas Armadas de Brasil ras la dimisión. (Foto: EVARISTO SA / AFP).

De acuerdo con el diario Folha de S. Paulo, la dimisión de los jefes del Ejército, la Armada y la Aviación supone la peor crisis entre el Ejecutivo y las FF.AA. de desde 1977, año en el que el entonces mandatario Ernesto Geisel destituyó al ministro del Ejército, Sylvio Frota, hecho que cobró relevancia por enmarcarse en plena dictadura militar. Ahora, en democracia, para el presidente —un exmilitar— la renuncia de la cúpula castrense develaría una fractura con la milicia, que ha significado la base de su gestión.

El general Edson Pujol (Ejército), el almirante Ilques Barbosa (Marina) y el brigadier Antonio Carlos Bermúdez (Fuerza Aérea) prefirieron dar un paso al costado tras la destitución del ministro de Defensa, Fernando Azevedo. De acuerdo con el diario El País de España, Ilques Barbosa, acusó a Bolsonaro de llevar la política a los cuarteles.

Varios analistas coinciden en que el mandatario ha estado presionando a los militares para que se alineen políticamente con él. Una muestra de ello se dio el año pasado, cuando algunos seguidores de la extrema derecha reclamaban una intervención militar para cerrar el Parlamento y la Corte Suprema. Bolsonaro alentó estos actos, pero no encontró el apoyo que esperaba en el Ejército, que no quiso posicionarse tan abiertamente a nivel político.

“El daño que está haciendo Bolsonaro con la politización de las FF.AA. es tremendo. Deberían dejar la política fuera de los cuarteles, pero no es así”, dijo Alexandre Fuccille, politólogo e investigador de defensa de la Universidad Estadual Paulista, al medio ibérico.

Intereses

Augusto Teixeira, politólogo de la Universidad Federal de Paraíba entrevistado por la BBC, señala que las FF.AA. viven un momento de contradicción en relación al Gobierno. “Al mismo tiempo que los generales dicen que las FF.AA. son órganos del Estado y no del Gobierno de Bolsonaro, miles de militares ocupan cargos en ese mismo Gobierno, incluso en importantes ministerios. El vicepresidente de la República, Hamilton Mourão, es un general de reserva”, señala Teixeira.

Se calcula que alrededor de 6000 militares tienen puestos en diferentes áreas de la gestión de Bolsonaro, como dirección de ministerios y en el liderazgo de empresas estatales. Esto da pie a pensar que se está aún muy lejos de un divorcio total entre Gobierno y FF.AA.

“No es porque los tres generales y el ministro Azevedo renunciaron que los 6000 militares, en activo y en reserva, dejarán sus puestos de gobierno, sus departamentos funcionales y los sueldos que reciben. Hubo un desacuerdo en un punto, pero el Gobierno seguirá extremadamente militarizado y con el apoyo de las FF.AA. que tiene desde el inicio”, dijo Juliano Cortinhas, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Brasilia, a la BBC.

Bolsonaro ha incrementado la presencia de militares en administración pública. (Foto de Fernando Souza / AFP).
Bolsonaro ha incrementado la presencia de militares en administración pública. (Foto de Fernando Souza / AFP).

Por su parte, Lucas Pereira Rezende, catedrático de la Universidad Federal de Santa Catarina, señaló al mismo medio que “este tipo de crisis ocurre cuando los militares deciden entrar en política. Hoy, muchos militares ganan mucho dinero en puestos políticos. No van a dejar el Gobierno”.

No obstante, queda la pregunta de qué es lo que realmente ha llevado al quiebre de relaciones entre Bolsonaro y los altos mandos. Para Pereira, los tres comandantes deben explicar por qué dejaron sus cargos. “Si queda algo de honor en el uniforme, deben decirle a la sociedad las razones que los llevaron a dejar sus puestos. ¿Qué fue tan serio sobre lo que Bolsonaro les pidió para que decidieran irse? La sociedad necesita saber qué pasó”, concluye.

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