La tregua entre EE.UU. y China duró poco. Con la pandemia del ha surgido un nuevo escenario de confrontación entre ambas superpotencias que día a día lanzan declaraciones polémicas y teorías de conspiración. El país oriental dio el primer golpe, acusando al Ejército estadounidense de llevar la epidemia a Wuhan, pero pronto científicos norteamericanos esbozaron la hipótesis de que el virus podría haberse originado en el Instituto de Virología de esa ciudad y se diseminó a causa de un error humano.

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Estas acusaciones contra China han tenido eco en la comunidad internacional. El gobierno de Xi Jinping ha recibido una oleada de críticas sin precedentes de países europeos, como Francia, Gran Bretaña y Alemania. Todos sospechan de China por el supuesto ocultamiento de información al inicio de la epidemia, especialmente luego de que se conociera el caso del médico Li Wenliang, quien fue silenciado por el régimen al tratar de alertar del brote de una nueva cepa, que finalmente terminó acabando con su vida.

Pero China rechaza las acusaciones e insiste en su teoría de que la infección empezó en un mercado húmedo de Wuhan. En una airada defensa respondió que nadie le pidió cuentas ni indemnizaciones a EE.UU. cuando apareció el sida en 1982 y tampoco cuando en 2009 ese país fue epicentro de la gripe H1N1, que se extendió a más de 214 países, dejando casi 200,000 muertos.

Sin embargo, EE.UU. y los países europeos dudan de la versión oficial china y han advertido a ese país que sus relaciones ya no podrán ser las mismas. ¿Esta tensión podría escalar a un conflicto mayor?

El internacionalista Fabián Novak considera que no. Aunque cree que la confrontación política entre China y EE.UU. podría aumentar tras la pandemia, desde su punto de vista ambas potencias estarían usando este conflicto para fortalecer su posición. “Al acusar a China, sin tener pruebas, EE.UU. estaría buscando dañar la imagen de este país ante el mundo y, junto con otras potencias europeas, está logrando arrinconarlo”, dijo.

Sin embargo, el experto consideró que China está respondiendo con una muy buena estrategia comunicacional y de imagen, pues aprovecha para venderse como un país eficiente y globalista que colabora con los demás. Ya envió insumos a 127 países del mundo, a diferencia de EE.UU. y también de Europa, que han quedado mal parados por su mal manejo ante la pandemia.

LA ESTRATEGIA TRUMP

Para el analista internacional Juan Velit Granda, el presidente Donald Trump estaría atacando a China para tratar de desviar la atención por su mala gestión ante el coronavirus y de cara a las elecciones de noviembre. Su objetivo sería reorientar la discusión pública para opacar los miles de muertos diarios, las imágenes de las fosas comunes en Nueva York y los millones de estadounidenses que han pedido el seguro de desempleo. “Lo que quiere es que sus votantes se olviden de que hace unos meses minimizó la pandemia, indicando que el virus se iría con el calor y que no era necesario el confinamiento. Para eso, intenta endilgar su responsabilidad a otros. Lo ha hecho antes acusando a la OMS, a los inmigrantes, a los gobernadores y a Obama, entre otros”, recordó Velit.

El internacionalista Farid Kahhat opinó en el mismo sentido y dijo que Trump sabía desde enero, por información de sus propios servicios de Inteligencia, que una pandemia era muy probable. Sin embargo, tildó el brote infeccioso como una farsa. “No puede alegar que porque China ocultó información no pudo responder a tiempo. No lo hace hasta ahora, y eso ya no es culpa de China”, sostuvo.

El experto señaló que tampoco es culpa de China la situación vergonzosa en la que ha quedado la Unión Europea por haber manejado tan mal la crisis, pues se desentendió de Italia cuando esta le pidió ayuda en la peor etapa de la pandemia y luego tuvo que pedir disculpas públicas.

¿GUERRA MUNDIAL?

Kahhat dijo que, pese a que la pandemia generará una crisis económica muy grave en el planeta, comparable a la Gran Depresión de 1929, a diferencia de ella, no derivará en una guerra mundial. “Dudo que los gobiernos busquen añadir al costo de la pandemia y la depresión económica un costo más. Eso sería suicida. Lo que sí espero es una retórica inflamada y que los líderes traten de distraer la atención sobre alguien más para evitar sus propias culpas”, manifestó.

Lo que sí auguró Kahhat es un retroceso en la cooperación internacional, pero dijo que tarde o temprano los gobiernos se darán cuenta de que eso solo empeora la situación.

SABÍA QUE

- China ha encontrado en la Organización Mundial de la Salud un sólido aliado internacional. Los científicos del organismo han asegurado que el coronavirus tuvo un origen animal y no sufrió manipulaciones genéticas.

- EE.UU. retiró su financiamiento a la OMS, acusándola de ser demasiado benévola con China y de “encubrir” la “desinformación” del gobierno de Xi Jinping.

- Tras el recorte, el gigante asiático anunció la donación de 30 millones de dólares a la OMS, además de los 20 millones que dio en marzo.

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