Durante los dos primeros meses de las protestas de Ocupemos Wall Street a nivel nacional, el movimiento que exige quitarle beneficios a los banqueros más acaudalados ha costado a los contribuyentes locales al menos US$13 millones en pago de horas extra a policías y otros servicios municipales.
La mayor carga financiera ha recaído en las agencias del orden público a las que se ha impuesto la tarea de vigilar las marchas y desalojar manifestantes de campamentos al aire libre. Y los costos más altos se han acumulado en la ciudad de Nueva York y en Oakland, California*, donde la Policía se enfrentó a manifestantes en varias ocasiones.
La AP recopiló cifras de agencias de gobierno en 18 ciudades con manifestantes activos y se enfocó en los costos hasta el 15 de noviembre, día en que los manifestantes fueron expulsados del Parque Zuccotti de Nueva York, donde iniciaron las protestas el 17 de septiembre antes de propagarse a otras partes de la nación. El sondeo no pretendía hacer la cuenta de todas las protestas, pero proporciona un acercamiento de los costos en ciudades grandes y pequeñas.
Divididas ciudad por ciudad, las cifras están más o menos en concordancia con los costos de atención policiaca a acontecimientos públicos grandes y emergencias. En Los Angeles, por ejemplo, el concierto en memoria del cantante Michael Jackson costó a la ciudad 1,4 millones de dólares; Atlanta gastó varios millones de dólares después de una fuerte nevada y tormenta de hielo ocurrida este año.
El movimiento Ocupemos Wall Street se ha negado de manera deliberada a aclarar los objetivos de su plan de acción, apegándose en su lugar a un mensaje amplio que abarca la avaricia corporativa y la desigualdad en ingresos. Además de la presencia policiaca, limpieza y reparación de propiedades en decenas de campamentos de 24 horas, las ciudades han tenido que vigilar frecuentes mítines y protestas.