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El Ministerio de Defensa británico decidió pagar US$3,300 al dueño de un loro que murió de susto cuando un avión de combate de la Royal Air Force hizo un vuelo rasante sobre la casa donde vivía en Ayrshire, en Escocia.
El pájaro colapsó por el ruido y probablemente por la succión que generan esas aeronaves, informó el diario argentino Clarín.
Pero no es la primera ni será la última vez que deben pagar una indemnización como consecuencias de entrenamiento militar: anualmente destinan US$2 millones para este tipo de compensaciones.
En otra oportunidad y con otro loro, el Ministerio pagó indemnización y los gastos de veterinario porque el pájaro se cayó de su soporte y se quebró las dos patas en una situación similar.
Pero los aviones también asustan a las vacas hasta el punto de frenar su producción de leche o a las gallinas, que no ponen huevos. A todos sus propietarios el Estado británico les paga una indemnización.
