Retrato de la boda de Carolina de Brunswick y Jorge IV. Foto: Twitter de @Rochi_Saiyajin
Retrato de la boda de Carolina de Brunswick y Jorge IV. Foto: Twitter de @Rochi_Saiyajin

asistió junto al rey a la Abadía de Westminster, Londres, el 18 de julio de 1821, para lo que iba a ser su legítima coronación como reina de Reino Unido. Sin embargo, cuando ella intentó ingresar al recinto real le por un pedido expreso de su esposo, el mismo Jorge IV. El desplante del rey se debía a una turbulenta relación que venía desde años anteriores.

Jorge IV había escogido a la princesa Carolina, hija de la hermana de su padre Jorge III y del nieto de Federico el Grande, como esposa en 1794 por la simple necesidad de salir de la crisis económica en la que se encontraba. Sus problemas con las drogas, alcohol y mujeres le generaron deudas y la mejor forma para solucionarlas era casándose con su prima, de acuerdo a información de la BBC.

No obstante, cuando Carolina conoció personalmente a Jorge sufrió una gran decepción, pues ‘era muy gordo y no se parecía a los retratos’ que le habían realizado. Se dice que el príncipe acudió a su boda, 3 días después de conocer a su esposa, en estado de ebriedad y tropezándose en el camino. Los recién casados no se llevaron bien en ningún momento.

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Luego de ello, la esposa del rey descubrió que Jorge IV se había casado clandestinamente 10 años antes con una viuda: Maria Fitzherbert, con la que tenía una relación de amantes. Se dice que ella habría escogido la esposa de su encubierta pareja. De hecho, en el testamento de Jorge se incluyó a Maria como su ‘única esposa y heredera’. A pesar de la tormentosa relación, los reyes tuvieron una hija, la princesa Carlota Augusta de Gales.

Tras varios desplantes y maltratos, Carolina murió el 7 de agosto de 1821, luego de varios días de agonía. Se cree que padecía de cáncer. Nunca logró ser coronada a pesar de merecer el título legítimamente.

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