La Cancillería tiene registrados peruanos varados en los cinco continentes, pero no hay recursos para traerlos de vuelta. (Ilustración: Perú21)
La Cancillería tiene registrados peruanos varados en los cinco continentes, pero no hay recursos para traerlos de vuelta. (Ilustración: Perú21)

Celia Ortiz se internó en las zonas montañosas de Nepal el 14 de marzo para reencontrarse con una amiga. Quedó desde entonces sin señal de Internet y no tuvo acceso a una radio o televisión. Una semana después, cuando regresó a Katmandú, como si se tratara de la trama de una película de terror, encontró que el mundo había cambiado por la pandemia que disparó el .

La cuarentena global y los vuelos cancelados mantienen a Celia desde entonces varada en este pequeño país del sur de Asia, a más de 16 mil kilómetros de casa. Desde hace tres meses, esta economista peruana de 40 años se aloja en un pequeño hostal de la ciudad. Desde la Embajada del Perú en la India, que también atiende a Nepal, le repiten lo mismo que las demás embajadas nacionales a los varados en el mundo: que sea paciente y que esté atenta a los vuelos privados de retorno, que son escasos.

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“Me he inscrito en todos los padrones que me han indicado, pero dicen que no pueden ayudarme, que desde Nepal no hay vuelos al Perú”, explica Celia. “La única opción es conseguir un cupo en un vuelo humanitario a otro país. Además, desde ese otro país, debo tener comprado un pasaje al Perú y que el vuelo salga en no más de 48 horas desde que uno aterriza. Si no, no te dejan entrar. Una coincidencia así, más o menos, es como si Saturno se alineara con Júpiter. Dicen que en julio todos podremos volver, pero no tenemos seguridad”, añade.

La distancia se hace aún más dura cuando piensa en su madre, una octogenaria con problemas de movilidad y de memoria. “Es difícil no tenerla cerca y la comunicación por celular no es fácil tampoco por sus temas de salud. Aquí estoy viviendo en un hospedaje donde hay también adultos mayores y debo tener mucho cuidado para no contagiarme ni contagiarlos. El sistema de salud de Nepal es muy pobre y la gente aquí más bien huye de los hospitales porque son el principal foco de contagio. ¿Qué hago si me pasa algo?”, dice.

Varado en la escala

El Ministerio de Relaciones Exteriores tenía registrados hasta mayo a cerca de 14 mil peruanos varados: 5,677 en Norte y Centroamérica, 5,083 en Sudamérica, 3,102 en Europa, 373 en Asia, 220 en Oceanía y 168 en África. La mayoría de los más de cinco mil en Norteamérica están en Estados Unidos, entre Nueva York, Nueva Jersey y Miami.

El ministerio le dijo a Perú21 que hace todas las coordinaciones posibles para proteger la salud de los compatriotas que no pueden regresar. Las necesidades, sin embargo, superan hasta ahora el alcance de las gestiones y la buena voluntad.

“En el Consulado de Nueva York me han dicho que no pueden darme ni un dólar porque no compré un pasaje de regreso, que no tienen la seguridad de que vaya a volver al país, pese a que les mostré mi itinerario”, explica José Antonio Díaz, un ingeniero peruano de 39 años que llegó a Estados Unidos para hacer escala hacia Europa, adonde no tuvo ya tiempo de viajar. “Tenía una reunión de trabajo, pero decidí quedarme en EE.UU. porque pensé que sería más difícil volver al Perú desde Europa. Antes de esta pandemia del coronavirus, mi plan era comprar un pasaje de retorno cuando tuviera una fecha exacta. Eso debía ser a inicios de abril, porque no tenía dinero para más tiempo. Entiendo que la prioridad del Consulado son las personas vulnerables, pero al menos me gustaría saber cuándo podré volver”.

Los colegios públicos de Nueva York reparten a diario desayunos y almuerzos que solían dar a los estudiantes. Como hoy las clases presenciales están suspendidas, los entregan a personas de bajos recursos, que incluye a muchos varados de todo el mundo. José Antonio se alimenta con esta ayuda, pero cuenta que cada vez se hace más difícil administrar el dinero que le queda: “Dicen que este mes habrá dos chárter al Perú desde Miami. Subir a uno cuesta 1,700 dólares. Además, tendría que pagar otro vuelo de 400 dólares para llegar desde Nueva York. Hace dos meses no gano un sueldo. Es difícil racionar lo que me queda sin tener una fecha para volver a casa”.

Oriente muy lejano

Hay al menos una decena de grupos de WhatsApp y Facebook de peruanos varados en distintos países y continentes. En todos se pide información sobre supuestos vuelos de retorno. Casi a diario aparecen rumores y nueva información.

El Perú no dispone de una aerolínea. Las únicas opciones para regresar son alquilar un chárter o conseguir espacio en los vuelos humanitarios que los gobiernos envían al Perú para recoger a sus conciudadanos. En cada caso se necesita dinero, algo cada vez más escaso en las cuentas bancarias de los varados.

“Hace poco fui despedida porque en la empresa donde trabajaba no sabían cuándo iba a volver”, cuenta Tania Aguilar (32), una ingeniera industrial que llegó hace cuatro meses como turista a Mie, una prefectura al sur de Japón, y que sigue sin encontrar cómo volver. Pese a que la crisis sanitaria está casi controlada en el país asiático, el costo de vida es alto y asegura que los casi cien compatriotas varados ahí también han perdido sus trabajos.

“No todos tienen dónde quedarse. Lo más barato son los hoteles cápsula: cuestan 50 dólares la noche, pero estás en una especie de sarcófago. Y los dos consulados del Perú en Japón no nos ayudan. Un día llamé y me dijeron que debía agradecer estar en un país como Japón y que en Perú estaría más expuesta al contagio. No se ponen en nuestro lugar”, cuenta.

El Ministerio de RR.EE. ha explicado que, ante la pandemia del coronavirus, está realizando “distintas acciones, bajo los criterios de viabilidad y la oportunidad, para el regreso de nuestros connacionales”, pero la mayoría de varados sigue exigiendo que les digan cuándo se reabrirán los aeropuertos.

“Tal vez ya no tengamos empleo, pero nuestras vidas siguen en el Perú”, dice Tania. “Queremos saber cuándo podremos volver. Estar varados en un país desarrollado no significa que la situación no sea angustiante. Esto nos está matando psicológicamente. Somos ciudadanos peruanos y pagamos nuestros impuestos. Tenemos derecho a que el Gobierno nos ayude y a regresar a nuestro país”.

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