(GEC)
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Los aviones pueden volar con el cien por ciento de su capacidad. Entonces, ¿por qué no pueden abrir los teatros?

Mediante Resolución Ministerial N° 0384-2020-MTC/01 se aprobaron los “Lineamientos sectoriales para la prevención del COVID-19 en la prestación del servicio de transporte aéreo de pasajeros a nivel nacional”; según esta norma, a partir del 15 de julio se reinician las actividades de aeronáutica civil correspondientes a la fase 3. En la página 21 de estos lineamientos, se dice a la letra: “Cabe precisar que las aeronaves que brindan servicios aéreos cumplen con un aforo igual al número de asientos señalado en su certificado tipo. ¡Esto quiere decir que los vuelos irán completos!”.

Las salas de teatro se usan por espacio de una hora o máximo dos y tienen, por lo general, los techos altos; deberían funcionar. Los teatros pueden cumplir con los mismos protocolos que se les exige a los buses y los aviones.

Las colas para el ingreso se pueden controlar perfectamente. Estoy segura de que el espectáculo bochornoso que dio el aeropuerto Jorge Chávez no sería posible en una sala de teatro.

El gremio teatral –actrices, actores, directoras, dramaturgos, escenógrafas, luminotécnicos, sonidistas y más profesionales relacionados con el mundo de las artes escénicas– tiene que volver a trabajar.

La obra está lista, los ensayos se han retomado con todos los cuidados, ya sonaron dos llamadas, el elenco ha calentado con la debida distancia, la directora está atenta en la cabina de luces, todo está preparado, el público en la vereda hace la cola guardando un metro de distancia, ya es hora…

¡Levanten el telón!