El presidente de Ecuador, Rafael Correa, alardeó ayer que salió con la suya en el impasse con el Perú por el caso del embajador Rodrigo Riofrío, quien agredió a dos mujeres.
En declaraciones a periodistas en Guayaquil, recordó que si Riofrío no volvía a ejercer su cargo en Perú, tampoco lo podría hacer el embajador peruano Javier León en Quito. "Y así ha sucedido, y vean que hemos cumplido exactamente con lo que hemos dicho", afirmó Correa, quien agregó que el incidente diplomático ha sido "total y absolutamente" superado.
En tanto, los congresistas Luis Galarreta y Mauricio Mulder advirtieron que el Gobierno "agachó la cabeza" frente a Ecuador cuando accedió a retirar al embajador peruano en Quito, Javier León.
Galarreta sostuvo que no le gustó "la foto final" de ese impasse, pero señaló que la crisis fue superada. A su turno, Mulder enfatizó que al Gobierno "le faltó ponerse los pantalones" en este penoso caso.