“Otra cosa que podría pasar es que la caviarada/mendocismo/IDL exploten alguna bomba nuclear para vacar a Castillo y colocar a la vicepresidenta Boluarte como su gobernante títere”. (PCM)
“Otra cosa que podría pasar es que la caviarada/mendocismo/IDL exploten alguna bomba nuclear para vacar a Castillo y colocar a la vicepresidenta Boluarte como su gobernante títere”. (PCM)

El gobierno de Castillo ha entrado ayer en un maremágnum vertiginoso, en un torbellino terminal, en barrena imparable. Primero nos salieron con una absurda suspensión de Repsol, que no soluciona nada y que complica todo: si te duele la cabeza, no te la cortas para solucionarlo. Esa sanción solo puede generar temor y desabastecimiento, además de que es una medida que le corresponde a Osinergmin y no a ese “genio” que hasta hace horas era ministro del Ambiente. Y luego sucedió esta renuncia ya cantada de la premier Mirtha Vásquez, a la que el cargo le quedó inmenso (pese al entusiasmo inicial de la dirigente gremial Leonie Roca) y cuya relación con Castillo llegó a sus extremos máximos de tirantez con la dimisión de Guillén. Lo que hemos visto ayer es el divorcio definitivo de la caviarada, el IDL y el mendocismo con este gobierno, al que ahora solo le queda tirarse a una izquierda más radical (¿Cerrón? ¿Movadef?) o moverse a la centroderecha (¿AP, APP?) en busca de cuadros ministeriales. Voluntarios para premier y ministros sobran en el primer supuesto, pero son muy escasos para el segundo (¿quién cuerdo quiere quemarse con Castillo?), al menos que nombre un superpremier con poderes absolutos para nombrar ministros y manejar el país mientras Castillo se dedique a reinar y no gobernar. Otra cosa que podría pasar es que la caviarada/mendocismo/IDL exploten alguna bomba nuclear para vacar a Castillo y colocar a la vicepresidenta Boluarte como su gobernante títere.

Ante todo esto, insisto en lo más cuerdo: que el Congreso vaque ya a Castillo y Dina, asuma Alva y nos vayamos a elecciones presidenciales. Esta pesadilla de tener a un inimputable y una banda de rojos inútiles en el poder ya no da más. A jugar las cartas de nuevo (y rezar que el electarado no vuelva a elegir a otro demagogo inútil, que estos son capaces de votar por Lescano, aunque del sur ya me espero cualquier cosa).