Artículo colaborativo con Asti DOCG
El mundo de la gastronomía y el de las bebidas están indisolublemente unidos. Los sommeliers existimos en ese espacio de encuentro entre ambos, y nos entrenamos en el arte del maridaje para crear experiencias placenteras, buscando que el resultado sea mayor al de la suma de las partes.
Existen diferentes estrategias para armar parejas afortunadas en la mesa. La más tradicional es el maridaje regional, que funciona muy bien en el caso de vinos como los de Asti DOCG, que están inmersos en una cultura culinaria arraigada al clima y suelo de su territorio. Vinos y platos comparten la mesa desde hace siglos.
El Moscato d’Asti y el Asti Spumante son vinos que expresan la intensidad aromática de la uva Moscato Bianco, con atrayentes notas florales y frutales. Ambos presentan un dulzor natural que proviene exclusivamente de la uva, equilibrado por una agradable acidez y un contenido alcohólico muy moderado. En su textura en boca encontramos diferencias: el Moscato d’Asti es ligeramente frizzante, mientras que el Asti Spumante presenta burbujas marcadas y persistentes.
Tradicionalmente han sido y son excelentes acompañantes de postres y pastelería, pero también de quesos, charcutería y platos típicos de la cocina piamontesa, más allá de estar presentes a la hora del infaltable aperitivo.
Sin embargo, la globalización nos ha abierto las puertas a nuevas posibilidades de armonización, con el atractivo de explorar lo no tan conocido. En este contexto, el encuentro de los vinos del Moscato d’Asti y el Asti Spumante con la gastronomía peruana es más que exitoso, ya sea con pescados y mariscos en general, como también con chifa y con platos de nuestra cocina nikkei.
La acidez refrescante, el bajo contenido alcohólico y la temperatura de servicio de estos vinos son ideales para contrarrestar la sensación cálida de nuestros platos picantes. Otro punto importante son los aromas: la expresividad de la cepa Moscato Bianco se lleva muy bien con la intensidad de nuestra cocina tradicional.
Con estas mismas premisas, podemos armonizar los vinos de Asti DOCG con otras gastronomías que también proponen platos intensos y aromáticos, como la hindú y la tailandesa. Estas combinaciones son tendencia a nivel internacional.
El juego consiste en respetar la mayor o menor complejidad del plato y la bebida, los sabores básicos y la textura de los ingredientes, las sensaciones cálidas y frescas, y los aromas. Atrevámonos a descubrir los vinos de Asti DOCG y disfrutarlos a pleno en nuestra mesa, experimentando sin prejuicios.
