Con esta decisión, según explicó la Conmebol hace algunas semanas, la FPF sería suspendida por la FIFA. (Foto: El Comercio)
Con esta decisión, según explicó la Conmebol hace algunas semanas, la FPF sería suspendida por la FIFA. (Foto: El Comercio)

Además de un ranking de efectividad en la producción legislativa, deberíamos tener uno de los legisladores que han promovido el mayor número de leyes luego declaradas inconstitucionales. Con un premio especial, además, a quienes han impulsado leyes evidentemente contrarias a la Constitución, como la del cambio de reglas sobre la censura a ministros y cuestiones de confianza.

Imposible creer que no sabían que modificar un derecho presidencial implica un cambio constitucional, lo que exige una votación en dos legislaturas con el voto a favor de, al menos, 87 congresistas. Como les faltaban votos y tiempo, seguramente motivados por el terror de perder su curul ante un posible cierre constitucional del Legislativo, los parlamentarios promotores optaron por cambiar el Reglamento del Congreso para restringir el poder presidencial vinculado a cuestiones de confianza. Era obvio que la movida iba a ser declarada inconstitucional. Si eso no es un tonteo a la población, un despilfarro de recursos y un torpe intento por desestabilizar, ¿qué es?

La decisión del TC hecha pública ayer es un adelanto de lo que pasará en diciembre. En la reforma de la bicameralidad que se votará en referéndum también contrabandearon cambios en el mecanismo para la cuestión de confianza. Fue un último manotazo para intentar darle “constitucionalidad”. Por eso, con razón, el gobierno está promoviendo votar por el No en ese punto.

Esta suma de torpezas es un nuevo capítulo en la debacle política del Apra y el fujimorismo, antes organizaciones mucho más astutas y asertivas para impulsar sus agendas e intereses. Pensar en el corto plazo se ha convertido en su talón de Aquiles. Ya vemos que en política, la fuerza bruta no es suficiente y que “la táctica sin estrategia es el ruido antes de la derrota”.