(Foto: Getty Images)
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No, el virus no fue creado en un laboratorio. Tampoco es la estrategia de un poder global para dominarnos a todos. No es el “virus chino”. Los virus no tienen nacionalidad. Este comenzó en China, pero otro lo hará en otro lugar. No hay evidencia que sugiera que este virus no es de origen natural: es decir, el resultado de una mutación aleatoria que saltó a los humanos.

No, no puedes prevenir o curarte del coronavirus tomando agua cada quince minutos, respirando aire de la secadora de pelo, bebiendo lejía ni té caliente, comiendo dientes de ajo o embadurnándote en aceites esenciales. No hay ninguna evidencia que sostenga la efectividad de estos remedios caseros, algunos de los cuales, como tomar lejía, pueden causarte incluso daños más graves que un contagio. Lávate las manos, quédate en casa y llama al 113 si crees que estás exhibiendo síntomas. Nada más.

No, las mascotas no pueden contagiarnos de coronavirus. Es cierto que hay un solo caso registrado de un perro con un “leve positivo” en China, que había sido transmitido por su dueño. Pero el perro no tenía síntomas ni existe evidencia alguna de que el contagio se pudiese dar de él hacia los humanos. Estás seguro con tus mascotas. No las abandones ni encierres.

No, es falso que los niños no puedan contagiarse de coronavirus. Los niños se contagian igual que los adultos, pero las buenas noticias son que sus síntomas son menos graves y no experimentan las complicaciones que sí sufren los adultos mayores. Aun así, sí pueden ser portadores y contagiar a alguien más vulnerable. Por eso, como todos, también deben quedarse en casa y lavarse las manos.

La mejor herramienta que tenemos en esta crisis es la información. No contribuyas con cadenas sin confirmar y sin evidencia: hacerlo solamente colabora con el problema.