"Hoy hay una clase media emergente alrededor de la minería moderna. Atrás quedaron los pobladores y se han convertido en ciudadanos; incluso algunos son empresarios y proveedores mineros, encadenados a nivel de clase mundial".
"Hoy hay una clase media emergente alrededor de la minería moderna. Atrás quedaron los pobladores y se han convertido en ciudadanos; incluso algunos son empresarios y proveedores mineros, encadenados a nivel de clase mundial".

Una primera acepción de poblado refiere a que se trata de una zona de menor tamaño que una ciudad, casi siempre rural y con servicios elementales; donde además hay pobladores. El desarrollo de la minería moderna en el Perú ha permitido que miles, sino millones, de peruanos pasen de ser pobladores a ciudadanos con plenos derechos y también con deberes. ¿Cómo así? Lo explico.

Solo la minería moderna, por desarrollarse casi siempre en la serranía o lejos de las ciudades, ha podido generar condiciones para el cierre de brechas históricas, generación de empleo y reducción de pobreza; no obstante, la responsabilidad recae en el Estado. Allí donde había poblaciones, poblados o pobladores (de la manera que se diga) y que en realidad eran ciudadanos, pero de segunda, la minería moderna ha permitido sacarlos de semejante condición al darles la ciudadanía plena.

Challhuahuacho, en Cotabambas, para poner un ejemplo, era apenas un poblado donde el trueque existía hace solo dos décadas atrás y donde solo una pequeña porción de sus habitantes tenía el documento nacional de identidad. Pues bien, desde la llegada de la minería moderna la cosa cambió, como se dice.

Experiencias como las de Challhuahuacho se replican en casi todas las operaciones y proyectos mineros de extremo a extremo en el Perú. Ajoyani, Espinar, Ancash, Arequipa, Moquegua; en todas estas zonas hay experiencias.

Allí donde el Estado falló una y mil veces, el poder de las inversiones mineras constituye la más grande proeza de justicia social, si cabe el sintagma. Usted, que lee, pensará que exagero, sin embargo, allí están los ejemplos. Data existe, y mucha. En todo caso también el capitalismo y las inversiones mineras rompieron el círculo de pobreza, desigualdad e inequidad. Si Marx, que junto a Engels escribió el Manifiesto Comunista como una alegoría al capitalismo, viera lo que ha sucedido en zonas otrora pobres, volvería a escribir lo mismo.

Si se tendría que hablar entonces a nivel teórico, podríamos decir que estamos frente a la sociología de la minería moderna. Hoy hay una clase media emergente alrededor de la minería moderna. Atrás quedaron los pobladores y se han convertido en ciudadanos; incluso algunos son empresarios y proveedores mineros, encadenados a nivel de clase mundial.

Por eso hablar de pobladores, sobre todo en las zonas donde hay minería moderna, es un contrasentido absoluto. Urge desterrar semejante término que revela el viejo complejo de ver como inferiores a la otredad.


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