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Redacción PERÚ21

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Santiago Pedraglio,Opina.21spedraglio@peru21.com

Esta reacción resulta aún más dura porque la campaña del No en letreros y spots es "cero-agresiva" y tiene un carácter evidentemente inclusivo.

La posibilidad de perder está desesperando a los revocadores, y no sería extraño que, en estas últimas semanas, sus creativos traten de extremar fórmulas ya conocidas, como las de los "pobres" contra los "ricos" o los "pitucos". Una campaña que ya han desplegado frenéticamente en los últimos meses y que se les ha desgastado porque, además, no corresponde a la realidad y los electores no son ciegos.

El propósito de polarizar contra la izquierda también se les ha venido abajo, sobre todo después del activo apoyo del Partido Popular Cristiano, de Acción Popular, Perú Posible y otras organizaciones de centro o centroderecha. El ataque contra Pablo Secada (PPC) –que, dicho sea de paso, está cada vez mejor en la radio y la televisión, así como Marisa Glave (Tierra y Libertad)– es una clara muestra de esta desesperación que se va convirtiendo en bronca.

Por lo demás, contra su voluntad, los revocadores están promoviendo el surgimiento de nuevos liderazgos democráticos y han creado un escenario que no se imaginaban: en apoyo al No se ha reconstituido, en gran medida, el amplio bloque de fuerzas democráticas del periodo inmediatamente posterior a la caída del fujimorismo.