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Redacción PERÚ21

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Guillermo Giacosa,Opina.21ggiacosa@peru21.com

Podría asemejarse a quienes apuestan a la lotería y gastan imaginariamente un dinero que nunca verán. Nuestros estadistas de bolsillo bien podrían convertirse en los dueños de la nada. ¿Es una faceta infantil de la humanidad o solamente terror a mirar la realidad de frente? Martin Büber definió este tiempo como el jardín de infantes del género humano. Produce pavor ver tanta circunspección para ocuparse de la decoración de una casa que ya se está incendiando. Produce también pena que muchos estadistas tengan que rebajarse a este comadreo sobre el poder que imponen los más poderosos. En todo caso, dentro de la realidad descrita hay cambios que serían esperanzadores si fueran esperanzadoras las perspectivas del planeta. Se ha descubierto, por ejemplo, que no es sacando pecho como se tuerce la voluntad de EE.UU. A los niños conflictivos hay que tratarlos con prudencia, y prudencia están demostrando los sirios, el presidente iraní, los rusos y muchos otros actores que comienzan a ofrecer alternativas de salida que no hieran el orgullo gringo pero que, simultáneamente, le recorten el espacio para las aventuras bélicas y para su insaciable propaganda contra todos los que no se alinean con ellos.

Quiero creer que el colapso nervioso del presidente Barack Obama no es frustración por no poder bombardear Siria, como algunos suponen, sino ahogo ante el poder fáctico de su país que subordina la política al poder económico.