(Foto: Frecuencia Uno Ayaviri / Facebook)
(Foto: Frecuencia Uno Ayaviri / Facebook)

El arzobispo de Ayacucho, Salvador Piñeiro, anunció ayer el retiro de la licencia del cura argentino Luis Humberto Béjar, a quien devolvieron a su país para que reflexionara sobre las “imprudentes declaraciones” que dio y “las discordias” que sembró a través de la parroquia que manejaba en Pucará, Puno.

Como si el púlpito dominical le diera inmunidad, Béjar tuvo el atrevimiento de pedir, ante sus feligreses, la renuncia de la presidenta Dina Boluarte. Una decisión tajante, pero acertada del clero local, pese a haber tardado lo suyo, pues el activismo político del argentino en favor de las ideas y el proyecto político de Evo Morales, y en contra del marco constitucional peruano, era público y notorio.

Sin embargo, no es el único extranjero que viene interviniendo en asuntos internos que no le corresponden, en momentos en que el Perú necesita un mínimo de paz social para poder salir del atolladero económico en que se encuentra.

Así, es incomprensible a estas alturas que el Ejecutivo demore tanto en enviar de vuelta también al embajador de Cuba, Carlos Rafael ‘Gallo’ Zamora, un agente de Inteligencia de la dictadura castrista que, desde diciembre de 2021, es el máximo representante de la isla en nuestro país.

Durante 2019, Zamora estuvo operando en Bolivia, al lado de Evo Morales, hoy enemigo declarado de la democracia peruana. En una entrevista a Perú21, Enrique García, un exoficial de la Inteligencia cubana que lo conoció cuando trabajaban en el mismo servicio, dijo esto sobre él: “Sus colegas lo apodábamos el ‘Gallo’. Trabajé junto a su esposa Maura Juanperez; ambos tienen el rango de coroneles dentro de la Dirección de Inteligencia Cubana”, la cual, aseveró, “dirige todo el aparato de penetración, influencia y subversión (de su país) en el mundo”.

Su proximidad con Vladimir Cerrón, dueño de Perú Libre, quien hizo estudios universitarios justamente en Cuba, es conocida. Y Perú21 informó en su momento de las idas y venidas de este espía cubano, por ejemplo, en el Ministerio del Interior durante el gobierno del fallido golpista Pedro Castillo, so pretexto de intercambiar ideas con las autoridades del sector y dar charlas sobre “estrategias de seguridad ciudadana”.

Como a Evo Morales y al cura Béjar, a los azuzadores extranjeros que están enfrentando a peruanos contra peruanos debemos echarlos del país, sin miramientos.