Mercados en picada
Mercados en picada

Volvemos a la carga: los mercados son un foco infeccioso y el presidente nos acaba de dar la razón. En su presentación de ayer, el mandatario contó que se hizo un operativo sorpresa en el Mercado de Caquetá, distrito de San Martín de Porres, llevado a cabo por personal del Ministerio de Salud, el Ministerio de Agricultura y el Ministerio de Defensa. Reveló que, tras realizar pruebas rápidas de coronavirus a 845 personas, la mayoría expendedores de alimentos, una de cada cinco de ellas (165) dio positivo.

Si a alguien le sorprendió ese resultado nefasto de contagio colectivo, no fue a nosotros. No en una sino en sucesivas ocasiones, Perú21 ha insistido en la conveniencia de que se estudie la alternativa de las ferias descentralizadas, itinerantes, que puedan operar en campos abiertos o espaciosos como patios de colegios, parques, losas deportivas o estadios y así puedan atender, sin aglomeraciones, a los ciudadanos que necesitan abastecerse en sus barrios, evitando que se alejen demasiado de sus hogares. Al menos así sería más fácil controlar a los actuales mercados de abastos, por lo general abarrotados de quioscos, jabas, desbordados de carnes o vegetales con frecuencia expuestos al tacto público, que se suman a la habitual estrechez de sus pasillos, donde es casi imposible guardar distancias todo el tiempo. Los mismos comerciantes de estos mercados podrían organizarse para salir a los puntos que designen las autoridades locales, que por supuesto deberían apoyar –y supervisar– iniciativas saludables como esta.

Los grandes supermercados y mayoristas –empresas más formales– podrían compartir sus protocolos de salubridad que les vienen dando resultados y hacer lo propio, también a través de camiones o buses donde puedan trasladar abarrotes y productos de panllevar, instalando carpas, mostradores, balanzas y equipo idóneo. Proveedores privados, además podrían auspiciar ambos tipos de ferias y así mover sus productos y difundir sus marcas.

La idea no es descabellada ni inviable: en tiempos de crisis, como los que vivimos, conviene tener sentido práctico y ser suficientemente resilientes para, adaptándonos a la emergencia, evitar por todos los medios que el patógeno se siga propagando.

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