Personas caminando durante la cuarentena. (GEC)
Personas caminando durante la cuarentena. (GEC)

Tenemos que ser muy claros en que, al levantarse este lunes las medidas de aislamiento obligatorio, la vida en nuestro país no volverá al punto donde se quedó el 15 de marzo, ni se reacomodará, para proseguir su decurso habitual, con el correr de los días posteriores a la reapertura. De ninguna manera.

No solo porque se espera, por ejemplo, que el toque de queda continúe vigente, sino porque la amenaza que pende sobre la ciudadanía habrá cedido un palmo, pero lejos estamos, no obstante, de poder proclamar victoria o comenzar a minimizar el riesgo, como han hecho, o están haciendo, ciudadanos de otros países, con resultados desastrosos.

Cada uno de nosotros está llamado a no cometer el mismo error, que, sin lugar a dudas, podría cobrar nuestra salud y hasta nuestra vida. No sacrifiquemos nuestro futuro y el de nuestras nuevas generaciones por impacientes, frívolos o irresponsables: el retorno a las calles debe ser ordenado y cauteloso, sin olvidar que las posibilidades de contagio siguen vigentes, que la curva infecciosa sigue en ascenso y la letalidad alcanza altitudes todavía preocupantes. Las ayudas del Estado a la economía nacional tienen que multiplicarse y, sobre todo, acelerarse, pero somos los ciudadanos los que debemos tomar conciencia y hacernos responsables de nuestro presente y nuestro futuro. Cuidarnos y cumplir con cada una de las normas sanitarias y los protocolos de bioseguridad que dicten las autoridades o nos alcancen en nuestros centros de trabajo.

Será imperativo mantener el toque de queda, pero ya digamos que a las 8 p.m., y que niños y jóvenes que estudian a distancia se queden todavía en sus casas, sin salir, pues es a ellos a quienes debemos proteger al máximo. Que se establezca una política de horarios escalonados de ingreso y salida a centros laborales públicos y privados, para no atiborrar las unidades de transporte masivo. Que las empresas que puedan continuar con la modalidad del teletrabajo otorguen las facilidades para hacerlo. Reforzar e impulsar el comercio electrónico para que la gente vaya a los mercados sin apremio y solo por productos frescos.

Insistimos: el levantamiento de la cuarentena es necesario, pero no puede ser tomado como un motivo para irse de fiesta, como si ya hubiera pasado el peligro.