-Dado que ya el primer vicepresidente asumió, Meche Araoz no debería dejar la vicepresidencia porque generaría un vacío legal delicado. Como Araoz no puede trabajar en el sector privado, Vizcarra le debería dar un puesto público, tipo los vacantes Petroperú y Osignermin. O una embajada, como PPK le dio Canadá a Vizcarra para que aprenda inglés con nuestros impuestos. O en algunos directorios estatales, tal como ha hecho Vizcarra con su secretaria Miriam Morales en Electroperú, con la salvedad de que Araoz aportaría bastante más.

-Una vez más, La República (LR) se salió con la suya y se tumbó al presidente de Petroperú por la gran razón de decir lisuras al hablar de otros en privado (aunque sospecho también que Paredes habría aprovechado para renunciar, dado que no había conseguido sacarle al MEF los US$1,200 millones para la locura de Talara y sin esa plata se le volvía imposible). Este delito impune en nuestra prensa de airear conversaciones privadas y los escandaletes histéricos feministoides (totalmente conservadores en el fondo) que se suscitan si es que hubo una mujer implicada profundizarán aún más la negativa de cualquier tipo capacitado para trabajar en el Estado. ¡Viva el Perú, donde la cojudez y LR imperan! Así como desde el domingo LR quiere imponerle la agenda al nuevo Congreso a base de su encuesta IEP, me imagino que les encantaría que su columnista Humberto Campodónico vuelva a presidir Petroperú para que este, desde allí, empuje esa otra locura carísima del Gasoducto Sur.

-A Aldo Vásquez, titular de la JNJ, no le incomoda que el Estudio Echecopar sea tan potencialmente influyente en su comité consultivo (una pregunta muy básica que debió hacerle la reportera Karina Valencia de Correo este sábado). Y vamos a ver si Vásquez se atreve con César San Martín.