El PSOE ganó la mayoría de escaños en las Elecciones en España. (Foto: AFP)
El PSOE ganó la mayoría de escaños en las Elecciones en España. (Foto: AFP)

Con la ruptura del bipartidismo a mediados de esta década, las corrientes políticas que no encontraron cobijo ni respaldo dentro de los partidos tradicionales, fueron absorbidas por pequeñas formaciones que hicieron de ellas su plataforma, una inversión que finalmente parece haber rendido frutos. La unidad de España ante la amenaza secesionista de Cataluña, la resistencia a la corriente postmodernista y el cuestionamiento al excesivo estado de bienestar han caracterizado estas elecciones.

El PSOE, que actualmente gobierna junto a sus socios de Podemos, el partido de izquierda radical comandado por Pablo Iglesias, lidera la intención de voto y obtendría según estimaciones cerca de 135 escaños, mientras que Podemos conseguiría 27 representantes. Esta última cifra significaría una caída de 68% con respecto a los resultados de las últimas elecciones generales. No obstante, no alcanzarían la mayoría absoluta de 176 diputados para formar un gobierno de coalición.

La aparición de Vox, una nueva formación política conservadora, ha menguado las posibilidades de la derecha tradicional, representada por el PP, así como la del partido de centroderecha Ciudadanos, liderado por Albert Rivera, de forjar y sellar un frente ante Sánchez e Iglesias. Vox se ha ceñido a su estrategia de criticar con dureza la pasividad del PP de defender a España ante a los independentistas catalanes y los ataques contra las costumbres españolas.

Muchos analistas concuerdan en que el Partido Popular es el que más ha salido perdiendo con la aparición de Vox, por lo que el recientemente elegido líder de su partido, Pablo Casado, ha incrementado con vehemencia su promesa de mantener al país unido y repeler los ataques del separatismo catalán.

En la misma línea, el líder del PP, ha dirigido su energía al actual Presidente del Gobierno y Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez, por ser pasivo ante los atropellos de los independentistas catalanes a la constitución y haber priorizando un diálogo estéril. Casado no demoró en acusar a Sánchez de coquetear con los separatistas a cambio de votos. “Este es un silencio cómplice. Es el silencio de constatar que Sánchez va a pactar los indultos a cambio de los escaños de los separatistas”, sentenció Casado.

Brotes verdes
La derecha en estas elecciones aporta el menú más variado de todos. Desde Vox que ofrece el sabor más conservador y patriótico, pasando por Ciudadanos que se proclama de centroderecha y que muchos identifican con el movimiento de Emmanuel Macron en Francia, hasta al Partido Popular que apela al voto útil. La última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), le dan al Partido Popular y a Ciudadanos el segundo y tercer puesto, respectivamente, en intención de voto.

La sorpresa en estas elecciones ha sido la aparición de Vox, la nueva formación de derechas que ha polarizado la opinión pública y que lidera su carismático líder Santiago Abascal que se ha caracterizado por su retórica anti izquierdista y pro España. Algunos medios de comunicación ya hablan de un “sorpasso” de Vox a Podemos y que, de confirmarse los rumores, el partido de izquierda se relegaría al quinto puesto en intención de voto.

Vox, que se fundó allá por el 2013 por un puñado de social conservadores del PP críticos de las políticas de Mariano Rajoy, ex Presidente del Gobierno y secretario general del Partido Popular, ha levantado vuelo en los últimos meses, impelido por la desconformidad de una proporción de la ciudadanía por el continuo atropello de los independentistas catalanes.

Los banderines verdes de Vox encuentran competencia continua con los tejidos rojos y amarillos de la bandera de España en sus mítines políticos y es que un eje central de la formación ha sido la unidad del país, además del rescate y protección de las tradiciones como la caza y el toreo. En el campo económico, promueven una agenda liberal que refuerce la economía de mercado, acompañado de una menor descentralización y concentración del poder en el gobierno central.

También apoyan reforzar las fronteras y luchar contra la inmigración ilegal que en los últimos años ha visto un incremento en su flujo, especialmente desde el norte del África y países del Medio Oriente. No obstante, las críticas y etiquetas no han pasado desapercibidas, pues muchos han tildado a la agrupación verde de xenófoba, racista y carca por sus posiciones anti aborto y conservadoras. Un medio de comunicación los denomina de “ultra” derecha, críticas de las que han hecho eco el PSOE y Podemos para reducir el ímpetu con el que avanzan.

Triunvirato 155
Pero aquello que ha unido a los tres partidos de derecha ha sido el denominador común de la amenaza independentista. Ciudadanos, que justamente nace en Barcelona como producto del hartazgo de la retórica independentista, ha sabido capitalizar, de la misma forma que lo ha hecho Vox, aquel vacío de liderazgo que el PP parece haber dejado de lado. Así ha cosechado un gran respaldo popular que lo sitúa en la incómoda posición de ser el potencial partido que decida qué tipo de gobierno se forme.

El PP, Vox y Ciudadanos unieron fuerzas para dar cara al golpe secesionista el pasado diez de febrero, acopiando cerca de 50,000 españoles en la Plaza de Colón para defender la constitución y transmitir un claro mensaje: se volverá a aplicar el 155 con un gobierno de derechas.

El artículo 155 de la constitución española permite al gobierno central la aplicación forzosa de las obligaciones que dicta la carta magna a las comunidades autónomas que se niegan a aplicarlas. El gobierno de Mariano Rajoy activó el artículo en 2017 cuando Carles Puigdemont, presidente de la Generalitat de Cataluña de entonces, declaró unilateralmente la independencia de Cataluña, lo que resultó en el envío de la Guardia Civil para garantizar el estado de derecho y la legalidad en la región.

En aquella oportunidad, videos y estampas de la intervención de los cuerpos de seguridad del Estado y de la respuesta de los independentistas, levantaron las críticas de la comunidad internacional y la de sus vecinos europeos. Pero ante la escalada de amenazas y el comportamiento rebelde de los nuevos dirigentes independentistas, el “trío de colón”, como han sido bautizados por los partidos de izquierda, han vuelto a poner sobre la mesa la aplicación del 155. “Hay una mayoría de ciudadanos que no aguanta ni una concesión más al separatismo y no comparte el 'todo vale por el poder' de Sánchez. Y lo vamos a demostrar”, escribió entonces Albert Rivera, presidente de Ciudadanos.

Pero los mejores escenarios para la derecha, aun si los tres partidos se unen para formar un gobierno, no les es favorables para llegar a la mayoría absoluta. Según una encuesta para el diario español ABC, los tres partidos amagarían entre 137 y 164 escaños, levemente por debajo de lo necesario para la mayoría absoluta.

Suspiros de coalición
El sistema parlamentario hace difícil predecir quién y cómo formará gobierno. Por ahora, el PSOE lidera la intención de voto pero carecería de los escaños suficientes para liderar el ejecutivo por sí solo. Pedro Sánchez ha recibido ofertas de apoyo por parte de los independentistas catalanes y nacionalistas vascos, respaldos que ha intentado sigilosamente desestimar para no dar argumentos a sus oponentes en la derecha, que lo pintan de débil y maleable ante los nacionalistas.

Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, ha intentado mantener un espacio entre su partido y el de Sánchez y por ahora se ha concentrado en detener el traspaso de sus votantes al PSOE antes del domingo de votación. Sin embargo, ha enviado unas cuantas indirectas que estaría dispuesto a ayudar al PSOE a formar un gobierno de coalición de corte socialista como el que actualmente gobierna.

“Estamos dispuestos a trabajar ese gobierno, ojalá el Partido Socialista descartara de una vez por todas a Ciudadanos como socio de gobierno”, dijo Pablo Iglesias durante el debate del 22 de abril. Sin embargo, las encuestas no le dan la mayoría absoluta, razón que hace prever un acuerdo con otra formación minoritaria, posiblemente nacionalista.

Lo cierto es que la división dicotómica del voto para estas elecciones hace de la cuestión de las coaliciones un problema que trae a remembranza los más de 10 meses que España estuvo sin formar gobierno en el 2016 y que ocasionó investiduras fallidas, la caída de líderes de oposición y una serie de episodios que quedarán en la hemeroteca española.

Muchos analistas estiman que una coalición Podemos-PSOE como la actual, sería lo más natural dentro de las posibilidades que le queda a la izquierda para hacer frente a los tres partidos de derechas que parecen querer repetir el plato de Andalucía, donde el “trío de colon” pactó una coalición para sacar al PSOE del parlamento de andaluz después de 36 años de gobierno socialista.

Sea cual sea el resultado de hoy, lo único cierto es que, de ser las encuestas precisas, ningún partido podrá gobernar sin pactar o llegar a un acuerdo. Esto les obligará a renunciar a parte de su plataforma política.