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Redacción PERÚ21

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Roberto Lerner,Espacio de crianzahttps://blogs.educared.org/espaciodecrianza/

El hogar no es un nido exclusivamente centrado en las emociones positivas. Al igual que en el trabajo, existen tareas múltiples, objetivos, exigencias y métricas. Hasta podría decirse que en el trabajo, además de lo anterior, hay una tendencia reciente a buscar cariño, buena onda, aceptación, etc. En suma, se trata de espacios llenos de expectativas, obstáculos, temores, logros, recetas para hacer las cosas bien y fracasos.

En entrevistas con muchos ejecutivos de ambos sexos emergen algunos datos interesantes: hay un cierto pesimismo acerca de la posibilidad de tener una vida balanceada y competir con éxito en el mundo corporativo. La tensión que deriva de lo anterior es percibida como un problema especialmente para las mujeres, quienes ven ser modelos para sus hijos, vale decir, criar a personas valiosas, su principal responsabilidad en el hogar. Los varones, por su lado, siguen considerando su papel de proveedores como su contribución más importante al funcionamiento de la familia.

Cuando se trata del ámbito profesional, la cooperación con la pareja es considerado por ellos y ellas como muy importante, pero con una interesante diferencia: los primeros se sienten felices de que sus esposas los alienten y apoyen, mientras que las segundas celebran y aprecian que sus esposos no interfieran.

De todas formas, parece que definir lo que significa éxito; construir redes de soporte en el nivel de familiares y amigos, y de colegas; y compartir las cosas con la pareja y los hijos ayuda en algo para resolver un rompecabezas que tortura a cada vez más personas.