Hace algunos días conocimos la grata noticia que Fabiola Herrera, integrante de la y actual jugadora de Sporting Cristal, se convirtió en la primera futbolista de nuestro país con un contrato profesional en el extranjero. La hermana del ex jugador de la , Jhoel Herrera, es fichaje de Millonarios de Colombia y marca un hito en la historia del fútbol femenino en Perú. ¿Qué tan increíble es que en pleno 2019 ella sea la primera? Pues, tiene total relación con la invisible y relegada existencia de este deporte, que tiene género exclusivo, al menos para nosotros los peruanos, que aún no hemos entendido que detrás de cada disciplina deportiva existe un competidor y una competidora, claro, si es que se le da la oportunidad.

En este hermoso país, ser mujer, jugar fútbol y ser hábil con el balón, todavía sigue siendo una novedad que entretiene pero que no alcanza para competir a nivel profesional y mucho menos para vivir. Lidiar con la presión social y el poco apoyo, es algo de todos los días para aquellas que encuentran en el balompié, sus mejores momentos y sus mayores satisfacciones. Los equipos locales, que con poco tratan de mantener y lograr una organización con estructuras deportivas sólidas, canteras y proyectos sostenibles a futuro, aun no piensan en plural. Sin embargo, una norma FIFA hoy los obliga a contar con un plantel femenino, lo que ha disparado alertas y busca promover la participación de la mujeres en el deporte rey con buenos resultados.

A pesar de todo lo dicho, la actualidad en Perú es más que ayer y eso es un claro signo de crecimiento, a pasos pequeños y lentos, pero espero que definitivos. Un solo ejemplo como Herrera o muchas más, que dividen su tiempo entre el trabajo, estudios y entrenamientos, puede mantener vivo el sueño de tantas otras y sobre todo las más pequeñas.

No obstante, la coyuntura actual internacional aún está muy distante. Soñar con 60,000 personas en un estadio, disfrutando de un partido de fútbol femenino a nivel de clubes como sucedió en marzo de este año en el enfrentamiento entre el Atlético de Madrid y el Barcelona en España, suena complicado, aunque estoy segura que no es imposible.

Mundial Femenino de Fútbol

Hoy empieza el Mundial de Fútbol Femenino en Francia, y Perú no está clasificado por ahora, sin embargo, la mayor fiesta de este deporte femenino vale la pena, tanto como Sudáfrica 2010, Brasil 2014 y Rusia 2018. Veremos partidos con mucha calidad y estrellas de talla internacional como la leyenda brasileña Marta o la delantera nigeriana del Barcelona Asisat Oshoala. Nada que envidiar en cuanto al desarrollo del juego y el espectáculo, pero mucho que reflexionar en cuanto a las diferencias excesivas, empezando por lo económico. A pesar de multiplicar por dos los premios con respecto a la Copa del Mundo Femenina Canadá 2015, el monto sigue estando muy lejos del ofrecido en el masculino. Por ejemplo, la selección campeona ganará un premio de 3,5 millones de euros, casi 10 veces menos que Francia, que ganó el mundial masculino en el 2018.

Pero no, esto no es un problema solo de la FIFA o de los clubes deportivos, es un problema social que nos pertenece a todos y que en general podemos ir cambiando desde la tribuna que a cada uno nos corresponda. El periodismo, los entes deportivos en todas las escalas, la afición y cada uno de nosotros, somos los jugadores del equipo que debe trabajar sincronizado, con continuidad, soportarse como conjunto pero sobre todo, avanzar en una misma dirección y hacia un mismo objetivo. Con diferentes automatismos y un buen pase entre líneas no es 100% seguro que hagas un gol pero definitivamente te estas acercando al arco. Acerquémonos más a la portería de un fútbol con equidad.