Ministro chamucado (César Campos/GEC).
Ministro chamucado (César Campos/GEC).

Decididamente, el ascenso y caída del abogado Juan José Santiváñez Antúnez como jefe del gabinete de asesores del recién instalado ministro del Interior, Gastón Rodríguez, constituye, desde ya, el peor baldón que podía tener el inicio de una gestión ministerial en el sector, que ahora suma además un extravagante viaje al país de Papelonia, que, si no lo chamuscó, lo ha dejado con un bronceado más que notorio.

Si entre las tareas del nuevo ministro figura también el encargo de profundizar en las investigaciones que aclaren las denuncias de corrupción que surgieron en las últimas semanas en las áreas de logística y adquisiciones de la PNP, la trayectoria de Santiváñez hablaba –no solo hablaba, podría decirse que cantaba– por sí sola. Este abogado ha sido defensor de causas tan controversiales como las de Los Babys del Fundo Oquendo, El Escuadrón de la Muerte (liderado por el hasta ahora prófugo Prado Ravines), la red de protección ilegal al exasesor fujimorista Oscar López Meneses y, últimamente, Los Intocables Ediles de La Victoria. Todas, desgraciadamente, incluyen a malos oficiales y efectivos de la Policía Nacional.

Y no se trataba de ningún prejuicio, pues los casos que le interesan defender al personaje, obligado a renunciar ayer mismo, están en las antípodas de lo que se requiere para un cargo tan estratégico, ya que desde el gabinete de asesores del Ministerio del Interior, un abogado puede obtener información privilegiada en favor de sus defendidos o hasta amedrentar a los testigos. ¿Es que a quien lo recomendó le entró alguna nostalgia de los montesinistas de los años noventa?

El breve asesor dijo en su defensa que cuenta con cuatro maestrías en el extranjero y que nunca había defendido a policías delincuentes. O sea de leyes habría estudiado bastante, pero todo tiende a indicar que usa sus presuntos estudios para defender a sus patrocinados, precisamente, de la ley; pues si sus defendidos no son delincuentes, las pruebas acumuladas en su contra por las unidades de la propia Policía y de la Fiscalía, hacen que lo parezcan.

Es decir, como señaló el extitular del Interior, Carlos Basombrío, se trata de “un nombramiento que mancha desde el inicio la gestión del nuevo ministro”, quien, por desgracia, se ha podido confirmar, fue citado el año pasado por la Fiscalía Anticorrupción a declarar, todavía en calidad de testigo, por el caso Los Intocables Ediles de La Victoria.

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