[Opinión] Richard Arce: ¡Respeten a Lapadula! (EFE/ Paolo Aguilar)
[Opinión] Richard Arce: ¡Respeten a Lapadula! (EFE/ Paolo Aguilar)

No podemos soslayar la alegría que nos da la selección después del triunfo frente a Paraguay que nos pone a un paso del mundial; ante tantas vicisitudes que venimos afrontando por la crisis política a la que no han llevado justamente los políticos.

Todos los peruanos hemos compartido la alegría del triunfo y la unidad que se da cada vez que la selección juega. Resalto este punto porque lamentablemente el gobierno nos está llevando a una polarización que creímos haber superado después de la contienda electoral última.

Sus discursos discriminando y victimizando, son peligrosos, generan división y nos exponen a enfrentarnos entre connacionales, todo por fines mezquinos; por eso es importante hablar de la unidad que el fútbol genera. Y aquí calza la figura de Lapadula, quien no solo destaca en el campo de juego, sino que representa el amor y compromiso con la patria, trasciende más allá de la procedencia, el color de piel, orígenes u otros argumentos que el presidente ha buscado para victimizarse y, sobre todo, para dividirnos.

Porque Lapadula es hijo de migrante peruana, que vivió e hizo su vida en Italia, lo que evidentemente debe generarle un apego y arraigo con la “Azzurra”; inclusive su español tiene un acento especial y evidenciaría que es extranjero, para cualquier peruano de a pie. ¡Respeten a Lapadula! Dijo un periodista el 2016.

Esto último es importante porque nos ayuda a desmontar toda esta estrategia que tienen en el gobierno para discriminar con discursos polarizantes que supuestamente reivindican a nuestras poblaciones tradicionalmente excluidas, cuando solo están aprovechándose políticamente, exacerbando sentimientos revanchistas.

Castillo no entiende que la gran tarea pendiente del Bicentenario es la construcción de una nación, y eso se logra promoviendo la unidad de las peruanas y los peruanos, integrando nuestros pueblos, respetándonos en nuestra diversidad y razas; que han logrado que seamos el país de todas las sangres, como decía nuestro “tayta” Arguedas.