[Opinión] José Luis Gil: ¿Gobernabilidad o seguridad nacional? (Presidencia)
[Opinión] José Luis Gil: ¿Gobernabilidad o seguridad nacional? (Presidencia)

El presidente ha empezado a gobernar con un montón colosal de errores que lo sitúan entre la espada y la vacancia o la pared y la censura. La conformación de un con flagrantes rasgos senderistas, guerrilleros, de corruptos e incompetentes, ha causado indignación generalizada en la mayoría de los ciudadanos. El atrincheramiento en el poder de y compañía silenciando la palabra ‘pueblo’, salud, economía y seguridad del vocabulario del presidente, imponiendo consignas como “nueva Constitución”, “rondas campesinas” y “socialismo”, que, sin duda alguna, hace prever que de esta batalla nadie saldrá ileso; lo afirmamos.

Pero el ruido político podría estar encubriendo el desarrollo de la verdadera estrategia de la conspiración social comunista, que es esta: 1. El problema del poder (hoy) y 2. La revolución socialista (futuro). El poder, como ya hemos advertido, no solo significa ceñirse la banda presidencial o designar ministros, no, tiene una dimensión más compleja que es necesario sintetizar para contribuir al correcto análisis del lector.

Veamos: la primera parte plantea la toma del poder; esta puede ser por medios violentos (como en los 80 con la guerra popular o la guerrilla del MRTA) o con lucha política por medio del voto (aunque sea de manera fraudulenta). En el presente caso, lograron el primer hito, que es ganar las elecciones y entrar al Congreso de la República. En ambos casos, el avance es significativo y extremadamente peligroso.

La segunda parte es la implementación del poder usando el Congreso para obtener leyes favorables a su torcido proyecto (Constitución, Escazú, derogación de la Ley Contra la Apología de Terrorismo y otras); el copamiento de las instituciones con nombramientos indiscriminados de funcionarios (incluyendo las policiales y militares) que demuestran un profundo desprecio por el Estado, y la conformación y desarrollo de una fuerza bélica paralela como las rondas campesinas, rondas urbanas y otras, dándoles marco jurídico, recursos, espacio territorial y armamento, para contener a los opositores al proyecto socialista.

La tercera parte, no menos importante, es la consolidación del poder, que se dará cuando las anteriores hayan logrado el control y haya condiciones para ejecutar los cambios en el campo económico, político, social, cultural e ideológico. Estamos notificados.

Estamos seguros de que la conspiración social comunista jamás se va a instaurar en el Perú, aunque sus intentos sean cruentos. Sin embargo, preocupa la visión parcelaria de los actores políticos y líderes de la derecha, que no tomen conciencia de que el proceso político hoy se ha transformado de lucha por la gobernabilidad en lucha por la seguridad nacional, y que este desafío no permite flaqueza de carácter o espíritu, ni egoísmos baratos por mendrugos de poder. Que empieza la revolución en democracia señores, a prepararse que la patria espera. ¡Sí se puede!