(GEC)
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En su mensaje a la nación, el presidente Vizcarra destacó la importancia de la reforma política. Evidentemente, las prioridades del gobierno este año serán la gestión del coronavirus y la recuperación económica. Mientras las entidades involucradas estén ocupadas, la reforma política se tendrá que llevar a cabo por actores no gubernamentales.

En parte, ya está sucediendo. Un ejemplo se encuentra en Fernando Cillóniz, Lourdes Flores y el PPC. Estos están considerando hace meses construir un frente unido de ideas liberales y conservadoras. Se ha especulado que Forsyth podría ser parte de este equipo, considerando su afiliación con el PPC y recientemente Somos Perú.

Pero Forsyth se muestra reticente ante la posibilidad de identificarse con un partido, porque teme que los ciudadanos están cansados de los partidos tradicionales. Este rechazo es comprensible, pero un buen compromiso sería formar partidos nuevos usando piezas existentes. Por ejemplo, revivir Democracia Cristiana al unir al PPC y Somos Perú. Esta formación de partidos serios sí es posible en la región. En Colombia, el Partido Conservador y el Partido Liberal, fundados en el siglo XIX, siguen presentes en el Congreso. El Perú necesita madurar para lograr la reforma. Con poca paciencia, el electorado suele querer destruir a los partidos en el Ejecutivo y el Congreso cada ciclo electoral. ¿El resultado? Cada elección, los políticos candidatean con cualquier alianza espontánea o partidito. Formar nuevos partidos de la nada, como Perú Crece, que supuestamente llevaría a Melcochita al Congreso, no le servirá al Perú. Ya existen suficientes improvisados.