Lo peor y lo mejor de nosotros
Lo peor y lo mejor de nosotros

Económicamente, la pandemia desatará la peor crisis en mucho tiempo. Aunque en vidas humanas los números no sean comparables, algo que ocurre en todas las desgracias colectivas es que aflora lo peor y lo mejor de las personas.

En el mundo vemos líderes que asumen su responsabilidad con entrega, apertura, decisión y humildad. No están libres de errores: es la naturaleza humana y la situación es inédita. Pero rectifican y siguen. Otros dan rienda suelta a su narcisismo, se contradicen, culpan a terceros, desoyen a expertos. Lamentablemente, los últimos –de izquierda y derecha– están a la cabeza de las naciones más poderosas.

A nivel país, vemos autoridades que también yerran, pero parecen estar decididas a hacer todo para que la pasemos lo menos mal posible. Pero vemos también a otras que despliegan un populismo oportunista, que desprecia la evidencia y las consecuencias de mediano y largo plazo que sus nefastas propuestas acarrean, para ganar popularidad.

A nivel comunitario, vemos personal de salud expuesto a la enfermedad que recibe apoyo y mensajes de aliento de sus vecinos, mientras otros son casi expulsados de sus edificios. Vemos también padres de colegios que entienden que todo remedio es imperfecto, y ponen el hombro; mientras otros se quejan y piden descuentos y reembolsos (no ayuda financiera) aun cuando no proceden ni los necesitan.