Narcoterrorismo 2.0 (Getty Images)
Narcoterrorismo 2.0 (Getty Images)

El anuncio de retorno a las armas por parte de una facción minoritaria de las FARC ha puesto en riesgo el proceso de paz en Colombia liderado por el expresidente Juan Manuel Santos entre 2012 y 2016. Si bien es cierto que el grupo disidente no representa más que al 10% de la organización, los especialistas hablan de unos 1,500 efectivos que se sumarían a una fuerza similar aglutinada en la guerrilla del ELN, cuyas acciones siempre fueron las de mayor violencia entre los grupos alzados en armas, y que se retiró de la mesa de diálogo en 2018.

Los tres cabecillas de esta regresión a la lucha armada –que responden a los alias ‘Jesús Santrich’, ‘Iván Márquez’ y ‘El Paisa’– son justamente los más señalados por sus vínculos con el narcotráfico, algunos incluso con pedidos de extradición de los Estados Unidos, y que, a no dudarlo, recurrirán al apoyo que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, les ha ofrecido públicamente en reiteradas oportunidades, para jaquear otra vez a la democracia del hermano país.

Pero sin ser una fuerza desdeñable, esta nueva versión de las FARC difícilmente lo logrará, pues la sociedad colombiana ya está encaminada en un proceso de paz que, ajustes más, ajustes menos, ha sido manejado con inteligencia y prudencia tanto por los representantes del Gobierno como por los negociadores de la guerrilla. El propio líder histórico de las FARC, Rodrigo Londoño ‘Timochenko’, declaró que el 90% de los exmilicianos seguía comprometido con su reinserción a la sociedad a través de tribunales especiales y mecanismos específicos designados con ese fin, agregando que el teatral montaje de los disidentes –inmediatamente expulsados de sus filas– no había hecho sino “avergonzar” a quienes entregaron las armas y apostaron por la paz, luego de 50 años de violencia.

El presidente Duque, por su parte, lanzó personalmente millonarias recompensas por los líderes sediciosos, luego de anunciar la activación de nuevas fuerzas de seguridad “con capacidades reforzadas” y denunciar ante la comunidad internacional la complicidad del “dictador venezolano” con lo que acertadamente llamó “una banda narcoterrorista”.

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